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Para los niños, “la música debe ser apropiada y cumplir con un objetivo formativo, promoviendo el aprendizaje y la identificación con modelos adecuados de conducta”, sobre todo en las escuelas, afirmó la experta mexicana.
De acuerdo con la psicoterapeuta, cuando los adultos utilizan música en un ambiente escolar infantil o en casa sin considerar el objetivo formativo “están exponiendo a los menores a un tipo de abuso que provoca un desarrollo precoz e inadecuado”.
Los adultos y docentes, indicó, deben “respetar el desarrollo físico y emocional del infante”, sobre todo en momentos en que se vive una “crisis de valores sociales” y se prioriza “un modelo de éxito basado en los atributos físicos”.
Explicación profesional
Este fenómeno musical, aseguró, está provocando una gran ansiedad tanto en niños como adultos, “ya que los modelos sociales que se presentan son inexistentes e inalcanzables”.
La especialista estimó que “la propuesta musical utilizada en las escuelas debe pasar por un análisis”, a fin de promover el aprendizaje y la diversión.
En cuanto a la educación en casa, consideró indispensable generar una interacción emocional sana y equilibrada, así como fomentar la convivencia entre todos los integrantes de la familia, adecuándose a las formas de aprendizaje infantil.
“El mundo es terrorífico cuando no sabemos quiénes somos ni en qué lugar estamos situados”, dijo Muñoz, quien resaltó la importancia de la convivencia de los niños “en un medio que fomente la identificación con modelos positivos, sanos, equilibrados y estables a seguir”.
¿Y el desarrollo sexual?
Cuando menores de 12 años escuchan música hipersexualizada, “se vulnera su capacidad de desarrollo porque no comprenden el significado de las letras y las imágenes complejas, agresivas o sexuales”, explicó.
Entre los 2 y 7 años, los niños aún no tienen la capacidad para manipular información o poder concluir si una canción es favorable o desfavorable para ellos, ni tampoco para discernir si ese es el contexto en el que viven.
Ello empieza a cambiar entre los 7 y 12 años, cuando los niños utilizan la lógica para llegar a conclusiones válidas en situaciones precisas, específicas, delimitadas y bien definidas, aunque aún requieren de ayuda de un adulto o de un ambiente formativo para entender la información del entorno.
Según la psicóloga, es hasta los 12 años cuando un niño tiene la capacidad para entender que el reguetón corresponde a una expresión artística y personal, dirigida a un público definido.
Con responsabilidad
“Este proceso psicológico está ligado con la creación de la identidad del ser humano y la música es uno de los factores más importantes para ello, por lo que los niños requieren estímulos sanos que les proveerán herramientas para entender este mundo tan complejo lleno de simbolismos, señaló Muñoz.
“Las canciones hipersexualizadas son violentas y restringen la perspectiva del planeta, mostrándonos una pequeña parte de él; existen una variedad de géneros musicales que podemos utilizar para cada etapa del desarrollo”, aseveró.
A criterio de la psicóloga, generalizar el reguetón sería injusto por ser “una manifestación que, al igual que el rock, el jazz y otros géneros musicales, se expresan a través de palabras, notas y ritmos específicos que deben ser respetados, al igual que los procesos psicológicos infantiles”.