Salud y Familia

Principios éticos deben prevalecer en la experimentación animal

A lo largo del tiempo se han utilizado muchos animales en bioterios y laboratorios, y es a través de esos modelos biológicos que se han logrado muchos avances, por ello cada 24 de abril se les rinde homenaje.

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Principios éticos deben prevalecer en la experimentación animal

El uso de animales para la experimentación en investigaciones científicas médicas tiene sus regulaciones. (Foto Prensa Libre, Shutterstock

Cada 24 de abril rendimos homenaje a todos los animales que se han utilizado, a lo largo del tiempo, en bioterios y laboratorios, pues mediante estos modelos biológicos hemos logrado avances para comprender, prevenir, diagnosticar y tratar muchas enfermedades, tanto en humanos como en animales.

La salud nunca es completa, si no se considera la interdependencia entre la salud humana, la salud animal y la salud ambiental —concepto de “una salud”—.

El uso de animales en la investigación es un tema que, sin duda, genera polémica, ya que es frecuente la falta de información sobre este. De manera errónea, se tiene la idea de que todos los científicos defienden su uso indiscriminado y que el público activista quiere prohibir su uso. Todavía persiste cierto desconocimiento sobre los avances de la bioética y la normativa que regula su uso en la experimentación y la docencia. El tema debe enfocarse en las bases morales-filosóficas que rigen la experimentación, al tener en cuenta el bienestar animal.

Casi todo lo que sabemos sobre nutrición, cáncer, microbiología, virología, respuesta inmune y fisiología, así como enfermedades metabólicas, genéticas, infecciosas, neurológicas o degenerativas, y sus respectivos tratamientos farmacológicos y preventivos, es gracias al modelo animal.

 

Cualquier terapéutica, al pasar a fase de ensayo clínico en humanos, ha pasado por pruebas previas en modelo animal e, incluso, rige una reglamentación nacional e internacional para garantizar su seguridad. Podría decirse que no existe en la actualidad ningún ser humano y, tal vez, ningún animal doméstico, de producción o cualquiera a nuestro cargo o tutela, que no se haya beneficiado de estos conocimientos, mediante el uso de medicina, intervenciones quirúrgicas, tratamientos médicos y demás terapéutica. Sin embargo, con el avance, llega la regulación y el uso de métodos alternativos, así como limitar los usos innecesarios, al hacer valer el principio bioético de “no hacer daño”.

Dada la naturaleza universal de la investigación científica, los Comités Institucionales de Ética para el Cuidado y Uso de Animales (Cicual) ponen especial atención a las erres de la experimentación con animales: reducción de animales usados en la investigación; reemplazo de animales por métodos alternativos y refinamiento de las técnicas usadas en animales para evitar el dolor, el estrés y el sufrimiento.

Por ejemplo, en la Universidad del Valle de Guatemala, hemos reemplazado el 100% de animales usados en el curso de Fisiología por programas de realidad virtual, maniquís y aplicaciones.

Es así como, gracias a dichos comités, se han realizado esfuerzos específicos para asegurar el uso adecuado y responsable de animales para fines de investigación y docencia. El bienestar de los humanos y animales obliga a recurrir a la experimentación en animales vivos de una gran variedad de especies, lo cual solo deberá realizarse después de haber considerado debidamente la necesidad de su utilización.

La primera ley registrada para la protección de animales usados en investigación fue en el Reino Unido, en 1876, llamada Cruelty to Animals Act. En Latinoamérica, rigen legislaciones en diferente grado de desarrollo y detalle, siendo la tendencia mundial la protección de los diferentes grupos animales.

En Guatemala, la Ley de Protección y Bienestar Animal fue publicada en el 2017, en la que se prohíbe el uso de animales en la industria cosmética y limita el uso de animales para investigación y docencia a la educación superior.

Cuando en el 2020 cobró auge la campaña mundial “Salvemos a Ralph” —video animado de un conejo—, contra la experimentación de animales en la industria cosmética, Guatemala era uno de los pocos países en los que esta ya estaba prohibida en su legislación. A nivel global, cada vez más países la están prohibiendo, por ser una industria que no representa beneficios en la salud de la sociedad.

No todos los estudios que involucran animales son en el contexto de laboratorio. Muchos de los protocolos de investigación que revisamos son, precisamente, para apoyar la descripción y conservación de especies endémicas, así como estudios que exploran la relación humano-animal y buscan mejorar las condiciones de salud y bienestar de las comunidades. También, para realizar vigilancia epidemiológica y prevenir enfermedades de humanos y de animales.

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También se sabe que una evaluación adecuada ética-científica aporta a la bioseguridad y fomenta el respeto a los principios éticos, al generar debates que aportan al cambio y mejora continua. Además, logra que el investigador, técnico, docente y estudiante sea consciente de su responsabilidad hacia los seres vivos y, por ende, tome en cuenta todas las consideraciones para su trato adecuado. Todo el personal involucrado en el cuidado de animales deberá ser el idóneo y estar preparado para el uso, manejo y cuidado animal, según la especie que se trate.

Como consumidores responsables, debemos asegurarnos de que los productos cosméticos que adquiramos no hayan sido testeados en animales, al revisar que aparezca en los envases una imagen o textos que indiquen que para su elaboración no se hicieron pruebas en animales.

Respeto animal

1. Reemplazar, siempre que sea posible, a los animales vivos por métodos opcionales como el uso de modelos matemáticos o simulación por computadora.
2. Reducir al mínimo los animales utilizados, así como de experimentos realizados en ellos y del dolor y sufrimiento que se les cause.
3. Refinar las técnicas y herramientas para minimizar el sufrimiento.
4. Relevancia del impacto potencial del estudio en la salud humana, animal o ambiental.
5. Evitar la redundancia en las investigaciones que utilicen animales, al publicar los resultados de los estudios.
6. Cumplir con regulaciones nacionales, internacionales e institucionales sobre el uso ético y cuidado animal.

*Médica Veterinaria con maestría en Ciencia Animal bajo el enfoque ecosistémico de una sola salud; oficial del Comité de Ética para el Cuidado y Uso de Animales en la Investigación y la Docencia de la Universidad del Valle de Guatemala y catedrática de Bioética, Investigación y Fisiología Animal de UVG.