El primer grupo vio un anuncio de papas fritas y el segundo uno en el que aparecían trozos de manzana.
Después de ver los comerciales, a cada niño se le mostraron dos cupones: uno con papas fritas y otro con manzanas.
De los menores que vieron el anuncio de las papas, el 71 por ciento escogió el cupón en el que aparecía esa comida, de acuerdo con los investigadores.
Pero ese porcentaje bajó al 55 por ciento cuando los pequeños fueron motivados por sus padres a decantarse por la opción más saludable: las manzanas.
“El estímulo de los padres a comer sano fue algo que ayudó a reparar el mensaje de los anuncios, aunque su efecto fue menor a lo que habíamos anticipado”, explicó Ferguson.
Entre los niños que vieron el anuncio de las manzanas, solo el 46 por ciento se decantó luego por las papas fritas y ese porcentaje bajó al 33 por ciento cuando fueron animados por su padres a elegir el alimento más sano.
El médico añadió que los padres “toman ventaja si son consistentes con sus mensajes a largo plazo sobre comer sano”.