Salud y Familia

¿Qué ejercicios son recomendables para niños y por qué necesitan ejercitarse más que los adultos?

Los niños que se ejercitan mejoran en su aprendizaje y el rendimiento académico, pero ese es solo uno de los beneficios de moverse más.

Los niños y niñas necesitan moverse y esto les ayuda no solo a nivel físico sino en su salud integral. (Foto Prensa Libre: Foto de Yan Krukau/Pexels)

Los niños y niñas necesitan moverse y esto les ayuda no solo a nivel físico sino en su salud integral. (Foto Prensa Libre: Foto de Yan Krukau/Pexels)

“La indicación principal cuando hablamos de ejercicio es que los niños se diviertan”, este consejo del experto en ejercicio Juan Pablo Zelaya es quizá el resumen de cómo el movimiento es posible convertirlo en ese momento especial del día donde los niños se mueven, la pasan bien, hacen amigos o tienen un espacio para sentirse en libertad mientras corren o sienten la adrenalina de estar en un reto.

Zelaya es coodinador del Técnico en Gestión de Centros de Fitness y Entrenamiento Físico de la Universidad Galileo y desde joven era muy activo, empezó a jugar baloncesto, luego hizo pesas y acondicionamiento físico en general e incluso el año pasado empezó a jugar tenis.

Para el experto la nueva generación está en riesgo, en especial la que fue tocada por la pandemia se ha encerrado más y está dejando de practicar ejercicio, eso sumado a que un uso desequilibrado de la tecnología promueve que niños y adultos pasen más tiempo atrás de una pantalla.

Una mejor vida

¿Qué beneficios tiene el ejercicio en los niños?  La guatemalteca Giovanna Laura María Gatica-Domínguez, quien desde el 2020 trabaja en la Organización Mundial de la Salud, OMS, en su sede ubicada en Ginebra, Suiza, hace énfasis que los niños y niñas deben realizar actividad física, por ejemplo, practicar un deporte y juegos activos que les permita estar en constante movimiento corporal.

Gatica-Domínguez explica que el ejercicio favorece el crecimiento físico, previene el sobrepeso y obesidad, les permite a los niños estar saludables, desarrollar habilidades motoras, mejorar el aprendizaje y desempeño académico. Asimismo, contribuye en el proceso de socialización mejorando sus habilidades de relacionarse con otros niños y niñas.

“Debido a que a temprana edad se adquieren los hábitos, si se comienza a practicar actividad física desde la niñez, es más probable que se vuelva un hábito saludable con beneficios que trascenderán a mediano y largo plazo. Hay que tener en cuenta que la práctica de actividad física junto con una dieta equilibrada proporcionan la base de una vida saludable y activa“, expresa la académica.

La OMS proporciona una guía de cuánto tiempo es recomendable que los niños, niñas y adolescentes sanos realicen actividad física, independiente de su género, grupo étnico o nivel socioeconómico, explica Gatica-Domínguez.

Los niños y adolescentes entre los 5 y 17 años deben realizar al menos  60 minutos de actividad física diaria (420 minutos a la semana) principalmente aeróbica, de intensidad moderada a vigorosa.  En el documento Directrices de la OMS sobre actividad física y hábitos sedentarios hace esta misma recomendación para niños y adolescentes que viven con alguna discapacidad.

En los adultos, la media recomendada es de acumular en una semana un mínimo de entre 150 y 300 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada, o bien un mínimo de entre 75 y 150 minutos de actividad física aeróbica de intensidad vigorosa.

Otro punto que hace énfasis es en disminuir el tiempo de sedentarismo.  “Hacer algo de actividad física es mejor que permanecer totalmente inactivo”, destaca la OMS.


¿Qué ejercicios son los más recomendables para la niñez?

Al hablar con expertos también surgen otros consejos sobre cómo llevar a los niños a una vida más activa.  Sin duda, el ejemplo es parte de esa dinámica.

Si en la familia reina el sedentarismo, el ideal ees que se empiece poco a poco y con el apoyo profesional.  También es importante encontrar aquellas actividades que se disfruten.  Suma al movimiento las caminatas en familia, el visitar un lugar al aire libre, practicar algún deporte juntos, así que inclúyalo en sus paseos de fin de semana o en los espacios para compartir.

 

1  Desde el principio

Desde el primer día que el bebé llega a casa es posible empezar a fomentarle el ejercicio.  Moverlos de lugar constantemente, ponerlos boca abajo con supervisión, jugar con sus manos y piernas, son actividades que empiezan a fomentar una vida activa.  Además de lograr una interacción más cercana con quienes les rodean. La OMS dice que en promedio los pequeños antes del año tengan 30 minutos de actividad.

La organización insiste en no mantener a los bebés en un carruaje, en una silla alta o en la espalda de alguien durante más de una hora ininterrumpida.  Entre 1 y 4 años, Unicef agrega que deben pasar al menos 180 minutos en una variedad de actividades físicas de cualquier intensidad.

Los bebés también tienen movimientos y se le puede estimular cuando gatean o bien desde que se sientan para que se esfuercen en alcanzar sus juguetes o hacer un poco más extenso su recorrido. (Foto Prensa Libre Foto de Adrie Molco/Pexels)

2.  Más inclusión

Parte del ejercicio sano es fomentar juegos cooperativos y compartidos, eliminando las agrupaciones en función del género y promoviendo la utilización común de los espacios disponibles.

Esto, particularmente en el caso de las escuelas o agrupaciones colectivas donde se hace actividad física: buscar que no haya espacios que usan sobre todo los niños para jugar “fútbol” y niñas para jugar “con muñecas”, por ejemplo; sino que los lugares de reunión y descanso sean compartidos y que todos sientan que pueden jugar en los mismos espacios y a las mismas cosas.

3.  Después de los cinco años

Jugar libremente es clave en esta etapa, al tiempo que autoexigirse, dado que están en un proceso de madurez física y psicológica, dice Unicef. En esta edad se dan logros como terminar una carrera corta, subir un escalón más, agarrar la pelota más firmemente.

Busque evitar sancionarlos con el deporte. Por ejemplo, que el hecho de dejar de hacer un deporte que él o ella gustan, sea una forma de castigo.

Los deportes que niños y niñas hacen en forma competitiva, siendo aún menores de edad, deben ser lúdicos e incluir diversión. Es importante no traspasarle las presiones de un deportista a un niño en etapa de crecimiento.

4.  Adolescentes

En la adolescencia es una etapa importante para la amistad.   Prácticas simples como caminar activamente, andar en bicicleta, subir escaleras en lugar de tomar el ascensor son formas de potenciar adolescentes activos.

Cuando en esta etapa se inicia una actividad física de mayor intensidad, como el entrenamiento de la fuerza y potencia, resulta importante tener la guía de un profesional.  Con respecto a la menstruación en las adolescentes, no hay una contraindicación general para dejar de realizar actividad física, a menos que se presente una situación especial (dolor, sangrado excesivo) que deba consultar con un médico.

Es necesario incentivar la participación y la diversión y no el “ganar”.  También el promover que adolescentes ayuden en tareas domésticas que impliquen esfuerzo físico.

Los adolescentes necesitan espacios para compartir con amigos y el ejercicio es una manera sana de convivir. (Foto Prensa Libre: Foto de Nishant Meena/Pexels)

5.  El equilibrio es importante

Por su parte, la nutricionista radicada en Quetzaltenango, Helen Arango, agrega que en los años de la infancia y adolescencia se tienen mayores necesidades nutricionales por estar en desarrollo y crecimiento. El ideal es tener una alimentación sana y variada a lo largo del día, con tres comidas principales y con dos refacciones para dar todos los nutrientes al organismo.  Es importante no olvidar la hidratación y consumir agua.

El ideal es disminuir o eliminar la comida con calorías vacías, exceso de azúcar y grasa, aquellas que no aportan nutrientes.  Un desequilibrio podría influir en desnutrición, baja estatura, anemia, problemas en la piel, gastritis u obesidad.

 

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