“Es normal que la densidad vaya disminuyendo de forma progresiva (no pretendamos tener a los 50 el pelo de los 15 años). Normalmente, cada persona tiene entre 100 mil y 150 mil cabellos. En niños, se estima que hay unos 1 mil 100 folículos por cm², a los 25 años quedan unos 600 folículos por cm² y entre los 30 y los 50 años, unos 300 folículos por cm².
Además, hay patologías que producen un aumento de la caída, que son las llamadas alopecias. Las más prevalentes son los efluvios telogénicos, la alopecia androgenética o calvicie común, la alopecia areata y la alopecia frontal fibrosante”, explica la dermatóloga Cristina Serrano, miembro de la AEDV.
Le puede interesar
El efluvio telogénico es una alteración en el ciclo del crecimiento del cabello que desencadena una caída brusca y difusa, pero que, afortunadamente, suele ser reversible. “Se produce cuando muchos cabellos que se encuentran en fase de crecimiento pasan simultáneamente a la fase de caída”, explican los especialistas de DSD de Luxe, una empresa especializada en la fabricación de productos para tratar la caída del cabello.
Las principales causas del efluvio telogénico son: un aporte inadecuado de proteínas en la dieta, la toma de píldoras anticonceptivas, el déficit de hierro, haberse sometido a una cirugía importante o padecer una enfermedad crónica, el consumo de algunos medicamentos o sufrir tiña en el cuero cabelludo.
Por su parte, la alopecia androgenética o androgénica, también conocida como calvicie común, puede llegar a afectar al 45% de los hombres y casi al 10% de las mujeres, según datos de la AEDV.
Sergio Vañó, dermatólogo experto en tricología y miembro de la AEDV, manifiesta que “el motivo de que la alopecia androgénica sea más frecuente en los varones se debe a que está originada por los andrógenos, un tipo de hormonas masculinas que causan el afinamiento del pelo. Asimismo, la herencia es uno de los factores que pueden producir este tipo de alopecia”.
En cuanto a la alopecia areata, es el propio sistema inmune el que produce anticuerpos que atacan a los folículos pilosos, de manera que estos dejan de producir cabello. La alopecia areata “provoca que el cabello caiga abruptamente, lo que da como resultado parches redondos del tamaño de una moneda o incluso más grandes en el cuero cabelludo”, detallan desde DSD de Luxe. Este trastorno puede ser hereditario y afectar a niños y adultos de cualquier edad.
La alopecia frontal fibrosante también parece tener un origen autoinmune. Esto significa que es “el propio organismo el que ataca al pelo produciendo una inflamación que, si no se detiene, termina por destruir el folículo piloso”, explica el doctor Sergio Vañó, quien indica que el mecanismo hormonal también puede influir en la enfermedad. Si bien el origen de la alopecia frontal fibrosante todavía no se conoce del todo.
Este tipo de alopecia se caracteriza por la pérdida de una franja de cabello en la parte frontal y en los lados de la cabeza que suele ir ampliándose poco a poco, de manera que la frente se ve cada vez más amplia. La alopecia frontal fibrosante afecta principalmente a las mujeres, sobre todo, a partir de la menopausia. “Suele causar pérdida de pelo en otras partes del cuerpo. Muchas personas con alopecia frontal fibrosante pierden las cejas, ya sea parcialmente o por completo”, detalla la Academia Americana de Dermatología.
MENOPAUSIA, RELACIÓN CON LA CAÍDA DEL CABELLO
Más allá de la alopecia frontal fibrosante, la menopausia es una etapa muy relacionada con la caída del cabello. En el organismo de la mujer hay tanto hormonas femeninas (estrógenos y progesterona) como masculinas (andrógenos) que están en equilibrio. Pero con el final de la vida fértil, sus niveles se desajustan y una de las consecuencias es la caída del cabello. Además, la mayor producción de andrógenos que se da durante esta etapa puede incrementar el crecimiento de vello en otras partes del cuerpo, como la cara.
Los cambios hormonales también son los principales responsables de la pérdida de cabello que muchas mujeres experimentan tras tener un bebé. Después del parto, los niveles de estrógenos caen rápidamente lo que, unido a la falta de sueño y el estrés por todos los cuidados que hay que proporcionar al recién nacido, puede propiciar la caída del pelo.
Por último, debemos recordar que el pelo también se puede caer por tirar de él. Esto se conoce como alopecia por tracción. Ocurre por llevar con frecuencia peinados muy tirantes como moños, coletas o trenzas, por el uso habitual de rulos o de extensiones, entre otros motivos.
Para prevenir la caída del cabello, los especialistas de DSD de Luxe recomiendan evitar peinados apretados como trenzas, moños o colas de caballo. Asimismo, aconsejan consumir una dieta equilibrada. “Los masajes capilares ayudan a mantener una circulación sanguínea adecuada en el cuero cabelludo. Los folículos pilosos requieren unas condiciones optimas de oxigenación para su funcionamiento, que dependen del aporte de oxígeno a través de la sangre”, añaden.