Cualquiera que sea la razón, si esta situación surge de repente, podría resultar una experiencia fuerte para sus hijos a nivel emocional. De acuerdo con la psicólolga clínica Mayra de Rossell, sin importar a la edad a la que suceda, los menores deben ser preparados. “Según el momento de la vida en que se encuentren lo asimilarán”, dice.
Recuerde que se trata de un lugar donde pasan gran parte del día durante la semana, donde han formado amistades cercanas y donde, probablemente, han logrado sentirse identificados. “Este cambio es más difícil en la adolescencia. Los más pequeños se pueden adaptar más fácilmente porque hay menos prejuicios, no buscan popularidad”, explica la psicóloga.
La clave está en la comunicación
Los padres juegan un rol importante en este proceso porque son quienes deben comunicar la noticia y llevar un acompañamiento con los hijos para que esto no sea tan impactante para ellos. Según de Rossell “los padres deben ser asertivos y maduros para enfrentar el cambio. Si prevén esta situación antes de que se termine el ciclo escolar, deben comunicárselo a sus hijos para que no sea un cambio tan abrupto y así se adapten”.
De igual forma, debe tomar en cuenta que son los padres quienes modelan las conductas de los hijos. “No intente nadar contra la corriente. Procuren darle la noticia a los hijos cuando estén calmados. Si comparte la noticia con las emociones alteradas, el cambio podría ser más caótico”, expresa la experta.
Coméntele a sus hijos que podrán seguir en comunicación con sus amigos, y verlos eventualmente, para que la amistad continúe.
La forma más adecuada de llevar este proceso es platicarlo, explicar el motivo y ser sinceros para que sea una experiencia de aprendizaje y crecimiento. “La vida no siempre será como queremos o esperamos, pero podemos salir adelante y en familia se recibirá el apoyo para adaptarse”, dice de Rossel, y agrega que es importante que escuche lo que el niño o joven tiene que decir, preguntarle qué piensa y que participe en la búsqueda del nuevo colegio.
La búsqueda de una nueva institución educativa
El establecimiento educativo donde asisten los niños es el lugar donde pasan la mayor parte del tiempo y se trata también de su formación académica, por lo tanto, a pesar de la emergencia, debe saber buscar una buena opción para sus hijos. De Rossel recomienda que preste atención a la metodología educativa, a las cuestiones de seguridad y que los valores se adapten a los de la familia.
Otro aspecto que debe tomar en cuenta son las tareas. “Si la madre y el padre trabajan, y el establecimiento asigna muchas tareas, no podrán estar pendientes”, dice la experta. Así que la institución debe llenar los requisitos académicos sin que perjudique a la familia en ningún aspecto.
Considere su presupuesto, que tenga la capacidad de pagar la colegiatura. Y, en cuanto a la adaptación del niño, busque un lugar donde el entorno no cambie drásticamente para su hijo, que el establecimiento sea accesible y que las otras familias sean de un nivel socioeconómico similar.
Facilite la adaptación de su hijo
Una forma de ayudar a su hijo a adaptarse a este cambio es hacerlo partícipe. Cuando se tiene prevista alguna opción, podrían ir juntos a conocer las instalaciones, platicar con las autoridades académicas, preguntar sobre la metodología de estudios, los valores e incluso buscar personas, padres e hijos, que han formado parte de dicha comunidad educativa.
De Rossel recomienda que se lleve un acompañamiento con psicólogos y proporcionarles estrategias a los hijos para comunicarse. A los padres les sugiere que identifiquen la personalidad de los niños, que aprendan a conocer en qué necesitan apoyo y que todo el núcleo familiar pueda afrontar esta situación.
Esto le permitirá estar atento a algún cambio de actitud o problema que pueda surgir y así atenderlo de forma inmediata. “Si ven cambios negativos en los niños, si se portan mal y su conducta cambia, si los ven rebeldes y normalmente no lo son, podría ser una forma de expresar que no se siente bien”, añade la psicóloga clínica.
Si no se atiende correctamente
Al ser una situación repentina, para evitar conflictos mayores, es importante que se les facilite a los hijos la transición por medio de la comunicación asertiva. De lo contrario, podría resultar peor. “Los jóvenes podrían cuestionar su identidad como parte de la sociedad donde se manejan. Se podría ver afectada su autoestima, podría costarle hacer amigos y esto desarrollar estrés, ansiedad y, en consecuencia, derivar una depresión al no adaptarse rápidamente”, explica de Rossell.
En el caso de niños con trastornos de aprendizaje, un cambio de este tipo podría intensificarlo. En otros casos, podría haber resistencia al aprendizaje y una baja de notas como una manifestación de que no aceptan la institución.
Así que, si pasa por un problema similar, recuerde que la situación debe afrontarse de la mejor manera, utilizar la comunicación asertiva y facilitar el proceso de adaptación, especialmente el de los más pequeños.
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