“Las personas ansiosas, inseguras, con tendencia a la depresión e insatisfacción con la vida, se vuelven más estables cuando viven una relación amorosa”, dice la doctora Christine Finn, de Jena.
“Las experiencias y emociones positivas les ayuda a enfrentar la vida con más confianza, en lugar de ver de manera pesimista las cosas que están por llegar”, añade Finn, la autora principal de este estudio.
¿Qué es la hormona del amor?
Científicos de la Universidad de Oslo, en Noruega, han comprobado que el contenido en el plasma y en el suero sanguíneo de la oxitocina, conocida como la “hormona del amor” es cien veces más elevada de lo que se suponía hasta ahora.
La oxitocina, producida en el hipotálamo, tiene numerosas e importantes funciones en el cuerpo de los humanos y otros mamíferos, y por ejemplo, ayuda a crear la conexión emocional entre madre e hijo, en las mujeres que dan a luz, y se cree que aumenta la empatía y atención hacia las señales sociales de los demás.
¿Amor o pasión?
Los españoles tienen mayoritariamente una concepción “romántica” del amor. Lo ven como una pasión que implica sentimientos intensos, intimidad y fuerte atracción, lo que se clasifica como amor “Eros”, según una investigación de la Universidad de las Islas Baleares (UIB). España ofrece el mismo perfil que los países de Latinoamérica, señala Victoria Ferrer, directora de la investigación y profesora de Psicología Social de la UIB.
¿Y si la temperatura sube?
Los investigadores Emilio Gómez Milán y Francisco Tornay Mejías, de la española Universidad de Granada (UGR), desarrollaron un método basado en la termografía, que permite determinar si una persona está enamorada a través de los cambios de temperatura que experimenta su cuerpo al contemplar la imagen de la persona amada.
Según el Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento de la UGR, este es el primer “mapa térmico del amor” en el mundo.
Aunque los autores advierten que “el patrón térmico del amor es muy complejo”, aseguran que sus resultados demuestran que el amor sube la temperatura en las mejillas, las manos, la zona de la boca, el pecho y los genitales, entre uno y dos grados centígrados.
“La termografía, técnica que permite obtener imágenes de las temperatura en distintas zonas, indica que la pasión es como un acelerador que enciende el cuerpo”, afirma el profesor de la UGR Emilio Gómez Milán, del Laboratorio de Termografía del CIMCYC.