Para que los hijos adquieran buenos modales es imprescindible una disciplina razonable, puesto que los hijos necesitan tanto afecto como disciplina. En ocasiones los padres tienen temor de disciplinar a sus hijos, porque sienten que no los están “tratando bien”.
Es fundamental aclarar que tratarlo bien no es darles todo lo que pidan.
Tratarlos bien es respetarlos, amarlos e ir ayudándolos, a que ellos puedan ir conquistando poco a poco su libertad, a base de avanzar en su autodominio para tener una relación cordial y armoniosa con los demás, empezando por sus padres y hermanos. Por lo anterior, si se les consienten todos los caprichos, más adelante se tendrá hijos maleducados porque en efecto, estará mal educado. Es muy difícil que una persona caprichosa demuestre el necesario control de sí misma, para tratar bien al prójimo, incluyendo a su propia familia.
Es por ello, que por amor a los hijos se debe poner todo el interés en las siguientes cuatro claves que marcarán la relación entre padres e hijos:
Amor: Amarlos en serio. El amor es esencialmente entrega y sacrificio por los otros, pero también es afecto y ternura.
Respeto: Es una condición imprescindible para el amor. Cariño y respeto no son excluyentes, es más, se exigen mutuamente.
Obediencia: Hay que saber mandar. Autoridad no es autoritarismo, pero cuando se es padre o madre se tiene la obligación de ejercerla, por el bien de los hijos y de la familia completa.
Ayuda: Si los padres logran que los hijos ayuden en casa, les harán un gran bien. Adquirirán experiencia en la vida y estarán más integrados en la familia.
Padre y madre de acuerdo: es imprescindible tener un acuerdo previo entre los padres en cuanto a la actuación que se tendrá en las situaciones que se presenten con los hijos, para que haya coherencia entre la pareja. Es de suma importancia aprender a escucharlos, para que, en conjunto, se tome la mejor decisión sobre su actuar para poder orientarlos de la manera más certera, siempre en busca de su bien, aunque dicho camino no sea el favorito de los hijos, puesto que implica esfuerzo, disciplina y constancia.
Amor
Carol de Enríquez, directora Colegio APDE La Villa
Tratarlos bien es respetarlos, amarlos e ir ayudándolos a que ellos puedan conquistar poco a poco su libertad.