Salud y Familia

Turismo gastronómico: el recorrido culinario que no debe faltar si visita Guatemala

En los próximos días de descanso, cuando se aprovecha para viajar y admirar las bellezas naturales y culturales del país, no se puede dejar de degustar  exquisitos platillos tradicionales de cada región.

El tradicional kaq ik no se puede dejar de degustar si se viaja a las Verapaces. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

El tradicional kaq ik no se puede dejar de degustar si se viaja a las Verapaces. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

“Sabido es que la cocina guatemalteca, sea prehispánica, colonial o contemporánea, indígena, ladina  o garífuna, es de excepcional riqueza y expresión identitaria. Resulta difícil seleccionar entre miles solo seis platillos que puedan dar fe de tal grandeza”, refiere el biólogo Luis Villar Anleu, experto en gastronomía nacional, quien eligió seis, según la región, en  el variado universo del patrimonio gastronómico popular.

Verapaces

Kaq ik de pavo
En la cocina de esta región predominan las preparaciones de maíz y calabazas —ayotes y güicoyes— como sopa de quibeles, de ayotes tiernos, los boshboles o tamalitos de masa envueltos en hoja de ayote y servidos con salsa de pepita. No puede faltar el kaq ik,  famoso “caldo de chunto” que identifica a Cobán. En Baja Verapaz, se prepara el saq ik, delicioso estofado de pavo que se espesa con masa.

Oriente


Pollo con Loroco
La región suroriental tiene comidas  dominadas por carnes y lácteos. Las aves de corral son también frecuentes en la mesa como los caldos de gallina. Uno de los platillos insignia es el pollo en crema con lorocos, que combina ese derivado de la leche con la flor de una hierba nativa de elevado consumo local —se degusta también en empanadas—, delicia  de la cálida tierra oriental.

Petén

Bollos con ixpelón, o faisán
En este departamento se degusta el blanco  —pescado  local—, asado, en caldo o frito; caldo de chaya —hierba—, o bollos —tamalitos— con ixpelón —frijol blanco, rojo o negro recién cosechado—. El faisán —que se cría en corral y que se le conoce como pajuil— en estofado de Uaxactún a veces se condimenta con alguna especia selvática.

Costa Sur


Chojín bataneco o iguana en iguashte
Esta región, por su cercanía al mar, ofrece comidas con productos marinos: cebiches, caldos de mariscos y frituras de pescado,  pero también con reptiles,  entre estos la iguana en iguashte —salsa de pepita, en la imagen—. El chojín bataneco,  carne en recado se degusta en San Sebastián Retalhuleu y áreas vecinas, y en Monterrico, el  caldo chirín, legado culinario xinca, hecho de  gallina, hueso de res y mariscos.

Izabal

Chumbimba y tapado
Entre los platillos de la cocina garífuna destaca la chumbimba frita —mojarra de Río Dulce—, machuca de plátano o rice-and-beans. Pero, especialmente, el tapado o tapou, caldo de mariscos con pescado, camarones y cangrejo en hierbas aromáticas y especias, entre ellas orégano, cilantro, cebolla, pimienta, achiote, chile pimiento, tomate,  banano verde y plátano. El toque  lo da la leche de coco.

Occidente


Chirmol de cerdo
Destacan  los tamales de arroz de Xela, el caldo de tobic —en la imagen— de Totonicapán y el de carnero de San Marcos. En Momostenango, se disfruta el chirmol de cerdo, carne de marrano  en recado elaborado con tomate y chile cobanero según recetas ancestrales. Si se viaja a Chimaltenango, hay que degustar el subanik, que se originó en la Colonia, preparado con tres carnes: costilla de res, pollo y posta de cerdo.

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