Salud y Familia

Sentirnos mejor en la naturaleza: Los beneficios emocionales y físicos de ir al mar

Mirar las olas, caminar en la playa, visitarla en compañía o en en solitario son varias de las actividades que pueden crear mayor consciencia sobre la forma en que comprendemos nuestra existencia y salud.

Beneficios para la mente y el cuerpo de ir al mar

Los océanos constituyen el 72% de la superficie del planeta Tierra. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

Ya sea a manera de paseo o para desconectar de la cotidianidad, el mar siempre puede entregarle algo a las personas.  

En septiembre del 2020, la familia Madrigal Castro realizó por última vez un viaje a la playa con todos sus integrantes. Juan Madrigal Castro de 25 años, el segundo de tres hijos recuerda a su mamá de una forma especial en esa ocasión ya que la vio muy feliz dentro del mar.

Fue algo atípico ya que pocas veces se metía al agua. Ese día además la familia realizó una pesada caminata para llegar hasta el punto de la playa donde se establecieron.

Dos meses y medio después de aquel viaje que resultó ser una sorpresa para Juan, las cosas ya no fueron iguales. Su mamá falleció tras una lucha contra el cáncer.

El joven cuenta que dos días después de la partida, decidió ir al mar. Aunque fueron tan solo un par de horas intentó descargar muchas emociones frente al espectáculo natural de las olas. Asegura que las visitas a la playa aumentaron después de la partida de su madre.

“Es de alguna forma sentirme cerca de ella porque exploro un sentimiento que me ayuda a recordar lo feliz que estaba la última vez que fuimos. El mar también se ha convertido en una fuente impresionante para la meditación y la reflexión. Sin duda es mi escape en muchos sentidos”, comparte el joven.

Conexión con la mente

La psicóloga Nissely Herrera explica que esa fuga y desconexión de la cotidianidad frente al océano está entre las principales razones por las que las personas acuden allí. Esto permite a la vez una facilidad en la manera de que estas pueden relajarse.

“El mar tiene un impacto profundo en la salud mental porque nos permite un particular estado de relajación. Tiene el poder de sacarnos de momentos en que podamos sentirnos abrumados, frustrados y permite conectar con el presente”, asegura la especialista.

El vínculo entre contemplación y presente es crucial para que las personas podamos reconocernos como seres trascendentales que sienten y piensan a la vez.

Beneficios para la mente y el cuerpo de ir al mar
Conectar con el mar y reflexionar allí puede ayudarnos a comprender mejor varias situaciones tensas que se encuentran en la cotidianidad.
(Foto Prensa Libre: Shutterstock)

Nissely subraya que un ejercicio tan sencillo como fijar la mirada en el espectáculo del mar es a la vez una aproximación al mindfulness; un concepto que aborda la experiencia de sentirse en el presente de forma atenta y curiosa desde la aceptación de lo que está ocurriendo y de lo que ha sucedido.

El contacto con el agua en estas instancias también puede expandir la creatividad. El sonido constante de las olas puede conectar con una voz interior, apunta Nissely.

“Permanecer escuchando la hipnosis de las olas también permite una expansión de la neuro-plasticidad. Esto quiere decir que, al darnos la oportunidad de abrirnos a estos espacios, nuestras posibilidades de creatividad y de imaginación pueden ayudarnos a buscar formas de cómo queremos experimentar la vida”, explica.

La compañía y la soledad en el mar

Cuando pensamos en una ida hacia la playa es quizá normal que la idealicemos junto a otras personas. Podemos sentir ilusión, felicidad y goce, puesto que conectar con otros –por lo general allegados– en la naturaleza puede ayudarnos a fortalecer nuestras relaciones fuera de los espacios cotidianos.

Al tratarse de lugares pensados para la relajación y sentirse bien, es necesario también reconocer con quiénes se compartirá.

La psicóloga Nissely ejemplifica que muchas veces los paseos al mar implican el consumo de bebidas alcohólicas. Aunque no se trata de algo grave, puede ocurrir que haya exceso en la ingesta, lo cual incomode a varias personas en el grupo.

“Es importante aprender a poner límites y elegir a las personas con las que sabemos podríamos conectar en un espacio sano, amoroso, y que nos recargarán de energías en vez de provocar angustia y estrés”, sugiere la especialista en salud mental.

En ese mismo sentido también es necesario consensuar y poner límites entre las actividades que todos quisieran hacer en la playa, puesto que cada quien tendrá expectativas distintas de cómo quiere disfrutar el espacio.

Por ejemplo, habrá quienes deseen meterse al agua, mientras habrá otros que quizá deseen permanecer únicamente en la arena. “Cada uno desde su propio lugar puede conectar con la experiencia y disfrutarla”, comparte la psicóloga Herrera.

Se ha dicho que el gozo en estos espacios implica una vinculación con otras personas para la relajación, pero si se alguien se encuentra rodeado y no tiene paz consigo mismo, es necesario profundizar.

Nissely agrega a la conversación que el hecho de realizar un viaje en solitario a la playa también es una oportunidad de reconexión personal. Puede entenderse desde el mindfulness, y como un acto de amor propio o una aventura de autoconocimiento que requiere de mucha valentía.

Beneficios para la mente y el cuerpo de ir al mar
Las caminatas en la playa aportan al sistema cardiovascular debido a un mayor relajamiento. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

“A veces tenemos mucho miedo de estar con nosotros porque nos encontramos con el silencio o las voces de nuestro interior y queremos evitarlo. Al hacer un viaje en solitario, rompemos esquemas y nos permitimos ver la vida desde un lugar más conectado hacia nuestra esencia y capacidad de independencia”, agrega la psicóloga Herrera.

Al plantearnos la descarga de tensiones con un paseo al mar es importante reconocer desde dónde se quiere conectar con la naturaleza y qué es lo que se busca, ya que si no se encuentra tranquilidad en otros espacios físicos es muy probable que el mar tampoco sea la respuesta.

“Es necesario indagar en los procesos personales y reconocer que el mar no es la única fuente de paz”, agrega Nissely.

Aportes al cuerpo

Situarse en la naturaleza de las playas también implica beneficios fisiológicos para las personas. De acuerdo con la médico general Lorena González Molina, los principales aportes están vinculados con la oxigenación que se puede adquirir en el espacio y la riqueza de minerales en el agua.

La doctora señala que, de realizarse caminatas en la playa, las personas tienen acceso a un aire más puro dada la brisa del mar.

La médico general no desestima la importancia de la relajación más allá de la parte emocional y mental: “Es relevante a la hora de ejercitarse en cualquier sitio, pero en el caso de la playa, aporta a que las respiraciones sean más fluidas”.

De acuerdo con la doctora González Molina, esto debe a que el aire es un poco más húmedo, por lo que se posibilitan respiraciones más suaves. Esto además se presenta como una respuesta para que no haya tantas flemas.

En ocasiones, el aire que se respira en el mar aporta en personas con bronquitis crónica, asma, rinitis o sinusitis.

Asimismo, caminar durante varios periodos en la costa aporta al sistema cardiovascular en cuanto a que la irrigación de la sangre es mejor. En paralelo, ayuda a que las articulaciones estén en mejores temperaturas por la temperatura del agua.

El agua del mar cuenta con varios elementos y minerales beneficiosos para la especie humana como lo son cloro, carbono, sodio, azufre, calcio, zinc, yodo, potasio y magnesio.

Beneficios para la mente y el cuerpo de ir al mar
Varios componentes químicos del agua de mar como el sodio o el cloro ayudan a la cicatrización de la piel. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

Entre sus aportes destacan las capacidades cicatrizantes para la piel del zinc, el yodo y el potasio, que a la vez mejoran problemas cutáneos. Entre sus mayores características también se encuentran la capacidad exfoliante que elimina piel muerta y revitaliza la dañada; gracias al sodio y el calcio.

La doctora Lorena apunta que la temperatura del agua en el mar (entre 24ºC y 32º en el caso del Pacífico y el Caribe respectivamente) permite que los poros de la piel puedan abrirse, lo cual aporta al mayor drenaje de sustancias guardadas en las distintas capas.

El agua de mar también aporta como relajante muscular, impulsado también por el magnesio.

Aunque se trata de un lugar donde podemos encontrar beneficios más allá de la relajación, también es necesaria la protección mediante el uso de bloqueador solar y la protección de la luz en horas fuertes. Asimismo, es importante mantener una hidratación constante.

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