Hace seis años, una investigación canadiense, en la que participaron personas de más de 60 años, demostró que esa actividad es dos veces más agotadora que andar rápido, y consume un 50 por ciento más de calorías que levantar pesas o caminar por una rampa inclinada, dice Elena Sanz en el último número Extra de Preguntas y Respuestas de Muy Interesante.
Los investigadores atribuyen la diferencia no solo a que se invierte más tiempo al subir escaleras, sino también a que los pasos breves suponen una contracción más rápida de los músculos y, en consecuencia, un mayor gasto de energía.
En un artículo de la revista especializada Preventive Medicine se afirma que dedicar 13.5 minutos al día durante siete semanas consecutivas a este ejercicio produce mejoras fisiológicas importantes, como una ralentización del ritmo cardiaco y un aumento de los niveles del llamado colesterol bueno.