Salud y Familia

¿Sirven los días de “permitidos” para bajar de peso?

Millones de personas sueñan con él: se trata del "día permitido" o, en inglés, el "cheat day", aquel día de la semana en la que todo está permitido, al menos en lo que se refiere a la comida. En resumen, es una especie de recompensa después de días de dura disciplina.

En lugar de hojas de lechuga y zanahorias, en el "día del permitido" se  puede comer lo que a uno realmente le gusta, desde una patatas fritas hasta una tarta con crema.  (Foto Prensa Libre: Christin Klose/dpa-tmn).

En lugar de hojas de lechuga y zanahorias, en el "día del permitido" se puede comer lo que a uno realmente le gusta, desde una patatas fritas hasta una tarta con crema. (Foto Prensa Libre: Christin Klose/dpa-tmn).

El principio es simple: quien mantiene durante seis días un estricto plan dietario, puede relajarse más el séptimo. En vez de estar a hojas de lechuga, esto significa que se puede comer lo que a uno realmente le gusta, desde una pizza hasta una tarta con crema. Y por lo general, no se trata sólo de un pecado: se engulle todo lo que se puede y entra en el estómago.

¿Se puede bajar de peso así? Si se buscan imágenes en las redes sociales se encontrarán fotos de personas muy entrenadas sentadas a mesas con grandes cantidades de comida. Según aseguran, pueden comer todo eso en su día libre, sin culpas, aunque en algunos casos se trate de hasta 5 mil calorías. Ese es el doble de cantidad de calorías que necesita usualmente el cuerpo.

¿Podría ser una solución al estancamiento en el descenso de peso?

Esta práctica no es ningún nuevo descubrimiento, sino un viejo concepto muy conocido en el deporte de competición, explica el especialista en nutrición Günter Wagner del Instituto Alemán para Alimentación para Deportistas en Bad Nauheim.

“Un día de comilona motiva a poder mantener las estrictas reglas nutricionales y activa el metabolismo”, dice Wagner. Realizarlo hace que el metabolismo no se acostumbre a la cantidad reducida de calorías e hidratos de carbono, lo que suele producir un estancamiento en el descenso de peso.

Sin embargo, Wagner subraya: “Este tipo de días de comilona sólo funcionan con los deportistas si uno no se come todo sin criterio alguno sino que se permite alguna que otra cosa”.

Un plan equilibrado es esencial para comer saludable. (Foto Prensa Libre: Servicios) .

¿No será un disparate total?

El también especialista en nutrición y autor de libros Sven-David Müller considera este consumo semanal ilimitado un completo disparate, sobre todo para las personas que no están entrenadas. Asegura que así no se puede bajar de peso de ninguna manera.

El profesor Hans Hauner, del instituto de medicina nutricional de la Universidad Técnica de Múnich incluso advierte, “el cuerpo puede de hecho lidiar y procesar estas masas de alimento, pero la verdad es que sufre un estrés innecesario”.

Hauner dice que una sobrecarga así de grasas, hidratos de carbono y azúcar puede elevar fuertemente el nivel de azúcar en sangre. Para la digestión, es necesario dirigir mucha sangre al sistema digestivo que hace que falte luego en otra parte.

“Esto hace que nos sintamos cansados y no del todo productivos”, señala Hauner. También puede producir estreñimiento. Por eso, recomienda a las personas son sobrepeso, diabetes u otras enfermedades metabólicas renunciar a ese día de comilona.

Alteración alimentaria en vez de disfrute

Marina Lommel, científica especializada en nutrición y dueña del foro digital de asesoramiento en nutrición alemán Foodpunk asegura que también hay riesgos psíquicos. En el caso de las personas que “se matan” de hambre en la semana, existe el riesgo de que se les vaya la mano en cuanto se sienten libres, lo que puede derivar en un trastorno alimentario.

Para evitar esto, tampoco hace falta eliminar por completo los permisos de la semana. “Lo importante es no vivirlo de forma extrema, sino tomarlo como un día en el que uno se puede dar pequeños gustos”, dice Lommel.

En el “cheat day” todo está permitido, al menos en lo que se refiere a la comida. Es una recompensa después de días de dura disciplina. (Foto Prensa Libre: Andrea Warnecke/dpa-tmn).

Encontrar la medida justa

El experto en alimentación Müller advierte acerca de no comer demasiado poco en la semana, ya que así se evita que uno tenga luego ataques de desesperación con la comida. Así y todo, es consciente de cuán fácil es que uno se termine comiendo el paquete de chocolate entero. “Si se tiende a este tipo de comportamientos, quizá es bueno probar con un espacio que permita comer gustos, pero de manera moderada”, afirma.

También Wagner está a favor de no ser demasiado estricto con las reglas nutricionales que uno se propone. “Cualquier cambio en el modo de alimentación es más exitoso cuantos más permitidos me doy”, dice. “Si nos prohibimos demasiadas cosas, después sólo pensamos en eso que nos prohibimos”, añade.

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