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De acuerdo con Josué Avendaño, geriatra y gerontólogo, los factores de riesgo de los adultos mayores se resumen en la edad, ya que están propensos a perder facultades físicas y mentales, a tener una alimentación baja en proteínas y poca actividad física, lo cual los hace propensos a aislarse y tener mala autoestima, que luego puede desarrollar enfermedades como depresión.
Los factores antes mencionados pueden afectar y crear problemas en los tres tipos de actividades diarias de un adulto mayor. Las básicas, que se enfocan en las actividades que ayudan a sobrevivir, como comer y vestirse. Estas, a pesar de las enfermedades que padezca, son las últimas que se pierden.
Luego, las actividades instrumentales, que son las que se aprenden en el período de desarrollo, como hablar por teléfono, manejar un vehículo o llevar las finanzas, son las primeras que se olvidan conforme se va envejeciendo. Después, las actividades complejas que son las que hace que el adulto mayor razone y piense más, como ir al supermercado, hacer compras y llevar cuentas financieras, son las segundas que se olvidan.
Por lo tanto, el profesional indica que lo ideal es que familiares y amigos de los adultos mayores no se quejen de lo que esta persona ya no puede hacer, sino que deben enfocarse en fortalecer y estimular las funciones que todavía hace.
A continuación, le presentamos las terapias y los tipos de ejercicios que puede efectuar un adulto mayor para mejorar su salud y evitar que olvide algunas de sus actividades diarias.
Terapia física
Esta terapia se basa en ejercicios, es para manejar de mejor forma la función motora gruesa. “Siempre les digo a mis pacientes que busquen en dónde dan terapias físicas o en dónde pueden hacer ejercicio. Por ejemplo, hay iglesias en donde se hacen actividades con grupos o el Ministerio de Cultura y Deportes tiene un área de recreación para el adulto mayor. También están los centros de día, que son lugares en donde adultos mayores van solo durante el día a relacionarse con otras personas”, dice Avendaño.
El profesional indica que lo ideal es que los adultos mayores se relacionen con personas sanas, debido a que algunas veces interactuar con otros que padecen enfermedades mentales como depresión o algún malestar físico, los deprime más.
Por lo tanto, las actividades pueden ser de amplitud articular, es decir que ayuden a la circulación de las piernas y brazos. Estiramientos, sentados en una silla y se eleva y flexiona las extremidades de manera sencilla. También se recomienda dar paseos en bicicleta o, si fuera posible, practicar natación.
De preferencia deben practicar estas actividades acompañados, debido al riesgo de caída que tienen los ancianos.
También se recomiendan ejercicios de resistencia progresiva con pesas. El objetivo es que poco a poco el adulto levante más peso, para evitar la pérdida de masa y potencia muscular. Avendaño explica que cuando la persona padece esta enfermedad se llama “adulto frágil”, porque no puede valerse por sí solo.
El fisioterapeuta Roberto Morales del Pilar señala que la activación física con ejercicios aeróbicos básicos o caminatas diarias de mínimo 10 minutos ayudan al equilibrio anatómico y a prevenir problemas de contractura muscular, que consiste cuando un músculo aumenta su tensión.
Terapia ocupacional
Se utiliza para mejorar la función motora fina del cuerpo, como las manualidades, pintar un cuadro o tocar un instrumento. Lo importante de esta terapia es que previo a cualquier actividad se conozcan los gustos del adulto, para que realmente haga algo que es de su agrado. “He conocido lugares de terapia ocupacional en donde los ponen hacer manualidades que nunca hicieron porque no les gustó, entonces eso los deprime más”, explica Avendaño.
Entre lo que se puede practicar en este tipo de terapia es el crochet o practicar la pintura de cuadros. Además, actividades de gimnasia mental que estimularán la memoria, como crucigramas, sudoku o aprender a tocar un instrumento.
“Lo ideal de la terapia ocupacional es estimular el cerebro con actividades que no conocemos o que no hayamos practicado antes. Mejor si se hacen en grupo, porque así se comparte la experiencia de algo nuevo. También ayuda a mantener las relaciones sociales e intergeneracionales. Que el adulto mayor se relacione los niños es importante porque ambos aprenden de sí mismos”, dice Morales del Pilar.
Importancia de socializar
Los profesionales indican que es importante que varias de las actividades sean en compañía de otras personas, ya sean de la misma edad o menores. Además, es vital que conserve la autonomía que logra a través de las actividades sociales.
Es preciso recordar que los mayores son como niños y recuerdan o aprenden cosas nuevas siguiendo el ejemplo de los demás. Es decir, si se les ha olvidado cómo hablar por teléfono o cómo tomar un tenedor, al compartir una comida con su familia podrán recordarlo viendo a los demás. La interacción les ayuda a retroalimentarse.
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