Salud y Familia

Cómo evitar el acoso escolar o “bullying”

Los niños y los jóvenes que son víctimas del acoso escolar o bullying tienen más probabilidad de tener una baja autoestima, sufrir de soledad, ansiedad y depresión.

Según la Academia Americana de Pediatría, el acoso escolar se presenta cuando un niño molesta a otro en repetidas ocasiones.

Este puede ser físico, verbal o social y puede suceder en la escuela, en el patio, en el autobús escolar, en el barrio, por Internet o a través de dispositivos móviles como teléfonos celulares.

La psicóloga clínica Margarita García Marqués, especializada en abusos infantiles, asegura que la gorma más frecuente de acoso escolar es el psicológico o emocional que consiste en humillar, ridiculizar o excluir a un niño o niña. Estas situaciones pueden darse en privado o cuando hay testigos que consienten o fomentan el acoso.

Indicios

Si un niño manifiesta fobia escolar, problemas de atención o afecciones psicosomáticas, considerar si el acoso escolar puede ser un factor desencadenante de estas conductas.

“El principal indicio de bullying que pueden advertir los padres en sus hijos suele ser la resistencia o negación del menor a ir al colegio, así como que experimente problemas de diarreas, cólicos o dolores de cabeza cuando llega el lunes por la mañana ”, destaca García Marqués.

Detección

La profesional aconseja: “Hay que comenzar a hablar al niño de todo lo que está bien y de aquello que no”. Agrega que es importante mantener charlas con los niños para conocer cómo se sienten y cómo les puede ayudar.

También es importante que los padres conozcan al personal de la escuela y asistan a las sesiones de orientación para poder recorrer las instalaciones. Además se debe enseñar a los niños a decir “no me gusta lo que estás haciendo” o “por favor, no me hables de esa manera” en un tono firme que les permita defenderse.

Algunos niños temen denunciar el abuso porque creen que es su culpa. Es por eso que hay que enseñarles cómo pedir ayuda a un adulto de confianza y animarlos a tener amistad con otros niños.

Otra forma de indagar al niño es: “Sabes, tengo la sensación de que algo difícil te debe de estar pasando los lunes por la mañana. ¿Te das cuenta de que siempre enfermas, tienes diarrea o te sube la fiebre en ese momento? ¿Quieres contarme lo que está pasando en el colegio? Me gustaría que entre los dos buscáramos una buena solución a lo que sea que está sucediendo”.

Si las respuestas del hijo confirman o sugieren con firmeza que está siendo acosado, García Marqués recomienda a los padres que hablen de inmediato sobre esta situación con las autoridades de la institución, con sus profesores y con el director.

Tratamiento

“Si el menor está sufriendo psicológicamente, hay que llevarlo con algún especialista en acoso para que le ayude a fomentar su autoestima y para que aprenda  estrategias para protegerse”, señala.

Para García Marqués, “lo ideal sería que se pudiera trabajar el caso de bullying con la colaboración de un psicólogo y conjuntamente con la escuela, en la clase, con la presencia del menor acosado, del acosador o los acosadores, del grupo de quienes habitualmente observan el  acoso en silencio”.

“Los padres del niño puede informarse o buscar un psicólogo especializado para que les proporcione las pautas para trabajar con su hija o hijo”, señala García Marqués, haciendo especial hincapié en que nunca deben tratar a su hijo como una víctima ni decirle que es un cobarde, y siempre deben enfocarse en ayudarle, dándole herramientas para superar lo ocurrido.

Consejos

• Los padres de familia tienen que hablar cada día con sus hijos, tomarse el tiempo necesario para escucharlos y observarlos, enterarse de los pormenores de sus actividades y sentimientos.
• Tienen también que expresarles el amor que sienten por ellos.
• Hacer que el hijo o hija sepa que sus padres los apoyan, alabando su franqueza, ya que los niños tienden a sentirse culpables de los abusos que sufren y hay que quitarles ese peso de encima.

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