La Organización Mundial de la Salud también comenta que su uso es para proteger a las personas sanas, cuando estas las emplean al entrar en contacto con una persona infectada, o bien para el control de fuentes, si una persona infectada la utiliza para no contagiar a otros.
Su uso se complementa con el frecuente lavado de manos, así como con el distanciamiento físico expresa Yilma Sazo, ingeniera en gestión ambiental y jefa de calidad en Biotrash
El médico Adrián Chavez, exviceministro de salud, comenta que todavía hacen falta más pruebas para conocer más sobre cuánto pueden ayudar o no las mascarillas de tela u otros materiales frente al coronavirus. Comenta que los grupos vulnerables, como personas de la tercera edad, con padecimientos de diabetes o con otras condiciones, así como los diagnosticados sí deberían utilizar las llamadas mascarillas quirúrgicas o para procedimientos que son planas o llevan pliegues para estar más protegidos, esto también debe ser una prioridad en el personal de salud.
“El ideal es dejar este tipo de mascarillas para estas personas y evitar que toda la población las utilice porque podrían desabastecer y afectar a estos grupos”, agrega el médico.
Sazo comenta que al momento de desechar las mascarillas éstas deben cortarse para evitar que otras personas las utilicen.
Las mascarillas de tela
Es preciso conocer que las mascarillas higiénicas o de tela están siendo confeccionadas en diferentes estilos y tipos de tela. La OMS explica que por ahora la combinación ilimitada de telas y materiales da lugar a una filtración y respirabilidad variables.
Sin embargo, la Asociación Francesa de Normalización ha ideado una norma para las mascarillas higiénicas con miras a definir un desempeño mínimo exigible en función de la filtración (filtración mínima del 70% para partículas sólidas o gotículas), entre otras características.
Esta misma organización recomienda que el uso de ellas debería reservarse para personas infectadas en la comunidad, familias de infectados, así como por quienes tienen síntomas relacionados con la enfermedad.
Pueden usarse en actividades concretas, por ejemplo en el transporte público cuando no es posible el distanciamiento físico y siempre complementadas con las otras normas de prevención.
Datos recientes indican que dos capas de material no tejido hilado, el mismo que se usa en las capas externas de las mascarillas médicas desechables, ofrecen filtración y respirabilidad suficientes. El ideal es que sean de tres capas.
Para fabricar mascarillas es preferible no utilizar un material elástico porque este se estira sobre la cara y ello aumenta el tamaño de los poros y reduce la eficiencia de filtración. Además, los materiales elásticos pueden degradarse con el tiempo y no resisten el lavado a gran temperatura.
Las telas sintéticas (por ejemplo, las mezclas de nailon y el poliéster 100%) cuando se pliegan en dos capas brindan entre 2 y 5 veces más eficiencia de filtración por comparación con una única capa, pero si se pliegan en cuatro, este parámetro aumenta entre 2 y 7 veces.
Las mascarillas que se hacen únicamente de pañuelos de algodón deben constar como mínimo de cuatro capas, pero apenas logran una eficiencia de filtración del 13%. Los materiales muy porosos, como la gasa, incluso en capas múltiples, no proporcionan una filtración suficiente; la eficiencia de filtración es de tan solo del 3%.
Los materiales más recomendados son: polipropileno, algodón, poliéster y, por último, la celulosa y la seda.
El uso de la mascarilla es personal y es preciso aprender a colocarlas de manera correcta, lavarse las manos después de ponerlas y no tener contacto con la parte que cubre nariz, boca y barbilla.
“De preferencia comer en casa antes de salir y ponerse la mascarilla, así como beber suficiente agua en los momentos que se está en el hogar para evitar estar quitándola. Si la persona tiene una jornada larga de trabajo, la recomendación es retirarla por un momento por los elásticos, tener un clavito para colocarla, lavarse las manos y comer”, dice el pediatra Denis Cifuentes.
Cifuentes recuerda a la población evitar utilizar mascarillas en niños menores de dos años y de ser necesario que salgan de casa, llevarlos con una colcha para protegerlos.
Su uso diario y cuidados
Es preciso considerar que la mascarilla es de uso personal y no debe compartirse, además de seguir estas recomendaciones adicionales.
- Una mascarilla desechable debe utilizarse no más de ocho horas en el día y luego desecharla.
- Cambiarse la mascarilla desechable cuando se humedezca, se ensucie o deteriore.
- No toque la mascarilla médica para ajustarla o desplazarla del rostro por ningún motivo, de lo contrario hay que quitarla con cuidado, ponerse una nueva y lavarse las manos.
- Si utiliza mascarillas de tela estas deben lavarse a diario con agua caliente y jabón.
- No utilice las mascarillas que no queden ajustadas y que permitan que entre el virus por algún orificio.
- Al momento de comer o beber agua, quitarse la mascarilla por los elásticos, colocarla en una bolsa plástica o colgada en un clavo o gancho, lavarse las manos y después de comer ponerla con cuidado nuevamente.
- Si el desgaste de las capas es evidente, deseche la mascarilla.
- El material no tejido hilado de polipropileno se puede lavar a temperaturas hasta de 125 °C.
- Si se utiliza material no tejido hilado, lave la mascarilla con delicadeza, sin frotar, estirar ni exprimir demasiado.
- Si no hay agua caliente, lave la mascarilla con agua a temperatura ambiente y jabón o detergente, hiérvala por un minuto o remójela en solución de cloro y enjuáguela muy bien con agua a temperatura ambiente para eliminar los residuos tóxicos de cloro.
- En caso de escasez de mascarillas higiénicas, se puede considerar la conveniencia de recurrir a las caretas, sin olvidar que estas protegen menos del contagio por gotículas. Si se opta por la careta, hay que cerciorarse de que tenga una forma que cubra los lados de la cara y por debajo del mentón.