Los resultados demuestran que el estrés incrementa el riesgo de desarrollar deterioro cognitivo leve amnésico (DLCa), en el que el síntoma predominante es la pérdida de memoria. Su aparición supone un mayor riesgo de demencia y enfermedad de Alzheimer, según el sitio abc.es
El doctor Richard Lipton, director de esta investigación publicada en la revista Alzheimer Disease & Associated Disorders, indica: “Nuestro estudio aporta evidencias consistentes de que el estrés aumenta el riesgo de que las personas mayores desarrollen DLCa. Afortunadamente, el estrés percibido es un factor de riesgo modificable de deterioro cognitivo, por lo que constituye una diana potencial de tratamiento”.
Los investigadores analizaron los datos de 507 personas mayores de 70 años incluidas en el estudio de envejecimiento que la Facultad ha realizado desde 1993. Un estudio en el que los participantes, además de a numerosas pruebas físicas, neurológicas o psicosociales, son sometidos a una evaluación del estrés.
En el momento de inicio de la investigación, los 507 participantes, que se sometieron a una evaluación anual del estrés y la función cognitiva durante un periodo promedio de 3.6 años estaban libres de DLCa o demencia. Pero 71 desarrollaron DLCa.
El análisis de los resultados mostró que el riesgo de DLCa era mayor cuanto mayores eran los niveles de estrés. Los resultados también demostraron que el riesgo de DLCa es mayor en las mujeres y en las personas con un bajo nivel educativo o depresión mayor.
Mindy Katz, coautora del estudio, concluye: “El estrés percibido refleja los problemas cotidianos que todos experimentamos, así como la manera en que los evaluamos y afrontamos. Este estrés percibido puede ser tratado de diversas maneras, como puede ser utilizando una terapia cognitiva-conductual o la administración de tratamientos farmacológicos. Un aspecto importante dado que estas intervenciones pueden posponer e, incluso, prevenir, el deterioro cognitivo”.