Cada 19 de octubre se conmemora el Día Contra el Cáncer de Mama, con el objetivo de crear conciencia acerca de esta enfermedad, especialmente de la detección temprana. La Organización Mundial de la Salud declaró esta fecha ya que, en octubre de 1983 en Texas, Estados Unidos, fue la primera vez que se celebró una actividad donde las mujeres sobrevivientes y sus familias salieron a la calle organizando la “Carrera para la cura”. Poco a poco se organizaron actividades similares hasta que se difundió en varios países.
En este tipo de cáncer las células de la mama se multiplican sin control. De acuerdo con la OMS, el cáncer de mama se origina en las células del revestimiento de los conductos del tejido glandular de los senos. Al comienzo, el turno canceroso está confinado en este conducto, donde generalmente no causa síntomas. Con el tiempo, puede progresar e invadir el tejido mamario circundante y propagarse a los ganglios linfáticos cercanos o a otros órganos.
El primer caso de cáncer de mama fue descrito en la literatura antigua. “Se encuentra una narración en el Papiro de Smith, un papiro egipcio que describe varias dolencias médicas y sus tratamientos. Posteriormente fue la cultura griega, con Hipócrates y Galeno, quienes escribieron sobre la enfermedad. Debido a lo primitivo de la medicina en esa época, al diagnosticar el cáncer no hacían nada porque consideraban que era incurable”, dice Sergio Ralón, jefe de la Clínica de Enfermedades Mamarias del Hospital General San Juan de Dios.
En el antiguo Egipto, cuando se detectaba un caso de cáncer de mama el tratamiento se limitaba a dos métodos: quemar la lesión con fuego o extirparla mediante instrumentos cortantes.
Luego fue la cultura árabe, persa y judía las que lograron avances en su estudio. En la Edad Media, con el aumento del fervor religioso, los temas científicos eran vistos como hechicería por lo que el diagnóstico y tratamiento del cáncer de seno quedó estancado. “Hasta en los últimos 350 años que la medicina en general, y entre ellas enfermedades como el cáncer de glándula mamaria, han logrado avances importantes”, agrega.
Diagnóstico
El diagnóstico precoz del cáncer de mama, como de la mayoría de las enfermedades, es importante porque de esto dependen las posibilidades de curación, que pueden ser del 100% si se detecta a tiempo. La recomendación de los especialistas es que cada persona conozca bien su cuerpo, para apreciar cualquier signo de alarma.
Entre los métodos de detección temprana se encuentra el examen clínico de seno, la mamografía, el ultrasonido y la resonancia magnética.
Antes del siglo XIX, el método de detección era la palpación y visualización de la glándula mamaria. El punto de partida de la historia del diagnóstico por imágenes fue en 1895 con el descubrimiento de los rayos X, por el físico Wilhelm Conrad Roentgen mientras realizaba experimentos con tubos de vacío y un generador eléctrico.
En 1913 se informa sobre la utilidad de los estudios radiográficos en la mama, pero es hasta 1960 cuando se crea la mamografía (imagen de la mama tomada con rayos X), relata Claudia Ruano, médico especialista en Radiología. Actualmente, los médicos usan esta técnica para detectar el cáncer en sus etapas iniciales y es el método de diagnóstico de elección en mujeres arriba de los 40 años.
Los ultrasonidos, como medios de diagnóstico en medicina, fueron introducidos en 1942 por Friederich Dussik, psiquiatra australiano, para explorar tumores cerebrales. Diez años después, John J. Wild y John Reid publicaron imágenes bidimensionales de Carcinoma de mama; luego en 1956 publicaron 77 casos de anormalidades de mama palpables y estudiadas por ultrasonido.
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“El ultrasonido mamario es el método de imagen más utilizado en el estudio de la patología mamaria, después de la mamografía. Es utilizada de forma aislada o como complemento de la mamografía y es la técnica de elección para el estudio de lesiones palpables en mujeres menores de 40 años, embarazadas y lactantes”, dice Ruano.
En 1971, el doctor Raymond Damadian demostró que la resonancia magnética podía ser usada para detectar enfermedades, por lo que un año después creó el equipo y aplicó a una patente para que su llevara el título “Aparato y método para detectar tejidos cancerígenos”. Actualmente la resonancia magnética es una herramienta complementaria de la mamografía o del ultrasonido durante los exámenes de detección temprana. Se puede usar en las mujeres con alto riesgo de cáncer de seno, generalmente debido a un fuerte historial familiar de la enfermedad.
“La tecnología ha tenido un papel importante para la detección y diagnóstico del cáncer de mama, pero es fundamental que la autoexploración mamaria sea un hábito. Por medio de esta se puede detectar pequeños bultos o cambios en la mama que adviertan un posible problema”, asevera la especialista en Radiología.
Tratamientos
Hay diversos tratamientos para esta enfermedad. Cada uno depende del tipo de cáncer, de las características de la paciente, del tamaño y qué tan avanzado se encuentre el tumor.
Los métodos más utilizados son la cirugía, que consiste en cortar los tejidos con cáncer; la quimioterapia, en la que se usan medicamentos especiales para reducir o matar las células cancerosas; la terapia hormonal, que impide que las células cancerosas obtengan hormonas, las cuales les ayudan a crecer; y la radioterapia, que usa rayos de alta energía, similares a los rayos X, para matar las células malignas.
De acuerdo con Sergio Ralón, jefe de la Clínica de Enfermedades Mamarias del Hospital General San Juan de Dios, en los últimos 20 años la cirugía ha tenido cambios importantes en el manejo de las lesiones tumorales de la glándula mamaria. Entre estos se encuentra: Ganglio Centinela, Cirugía Oncoplástica, Cirugía Profiláctica, y Cirugía de Reconstrucción, que se caracterizan por tratar de conservar el seno.