La aparición de métodos de anestesia, de asepsia y de instrumentos específicos, ha permitido tratar, precisamente, más y más patologías de manera específica y eficaz.
La cirugía abierta es una técnica muy común que consiste en abrir la pared abdominal por medio de una incisión que ofrece un acceso directo a los órganos abdominales y pélvicos. Podemos considerar esta técnica como “invasiva”.
Desde finales de la década de los ochenta del siglo pasado, ha aparecido, de manera más y más frecuente, una nueva técnica inicialmente reservada a la exploración del cuerpo humano: la laparoscopia. Esta técnica, calificada de “mínimamente invasiva”, permite, por medio de incisiones de 5 a 12 milímetros, introducir instrumentos necesarios para cortar, suturar y coagular. Una cámara guía el procedimiento quirúrgico.
Esta evolución nació del interés de los cirujanos para limitar al máximo el carácter ruinoso de las intervenciones, permitiendo así reducir riesgos de infección, dolores posoperatorios, los sangrados y la duración de convalecencia.
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Aunque presenta muchos beneficios para el paciente, esta solución es más exigente técnicamente para el profesional que la cirugía abierta. De hecho, la movilidad intracorpórea de los instrumentos es considerablemente reducida, impidiendo al cirujano realizar todos los movimientos deseados, volviendo su aprendizaje muy delicado. Además, son frecuentes los dolores en el profesional por las posturas incómodas a la que se somete en las cirugías, pues los procedimientos pueden durar hasta cuatro horas.
Es por esta razón que, la asistencia médica robótica apareció a principios de la década de los años 2000. Estos robots controlados a distancia, algunos metros, tienen un buen desempeño, pero son imponentes, costosos y poco prácticos para algunas cirugías. Implican muchos condicionantes logísticos y requieren un nuevo aprendizaje, generando así nuevos riesgos.
El brazo laparoscópico robotizado es una solución ágil que propone una respuesta a algunos de estos condicionantes. Permite volver a dar al cirujano la movilidad intracorpórea para una libertad total de movimiento: Siete grados de libertad, beneficiándose a la vez de una posición de trabajo confortable con su propio brazo a lo largo del cuerpo.
Resulta una cirugía más precisa, lo que permite reducir las complicaciones cuando los gestos de disección y de sutura están realizados en espacios reducidos y para cirugías complejas.
Los hábitos quirúrgicos de la laparoscopia se conservan. El aprendizaje es, por lo tanto, más fácil y el cirujano queda a proximidad directa del paciente, garantizando una seguridad máxima para este último.
La innovación y la robótica en el campo quirúrgico deben hacer accesible la cirugía mínimamente invasiva a todos los pacientes, sin nuevos riesgos y sin sobre costo importante para las instituciones. De lo contario, esta tecnología estaría solamente reservada a una minoría y contraria a la ética médica.
Precisión
Ingeniero Cristian Ouniche Representante en Latinoamérica del equipo de Cirugía laparoscópica robotizada
Con la tecnología robótica resulta una cirugía más precisa.