“Los creadores son el corazón y el alma de la plataforma”, dijo Neal Mohan, director de productos del servicio de esta plataforma de la gigante Google.
Una de las principales apuestas de 2002 será el desarrollo de los “cortos”, videos de hasta 60 segundos, a menudo humorísticos o musicales, basados en el modelo de la muy popular aplicación TikTok, también copiada por la nueva Meta (Facebook e Instagram).
Los “YouTube Shorts”, lanzados en más de 100 países en julio, “tienen más de 5 mil millones de visitas”, destaca Mohan.
El formato “Live” también tiene éxito. Según la plataforma, el tiempo dedicado a ver videos en vivo se triplicó con creces en dos años, de enero de 2020 a diciembre de 2021.
“Una de las preguntas que más se hacen los creadores de contenido en vivo es ‘¿De qué estoy hablando?'”, señala Neal Mohan. En respuesta, YouTube tendrá ofertas “en vivo” colaborativo, que permitirá a los influences discutir en conjuntos en directo, un enfoque menos intimidante.
La plataforma, al igual que sus competidores, pretende por otro lado diversificar las fuentes de ingresos de sus estrellas en ciernes y confirmadas, con la posibilidad de ofrecer suscripciones pagas a canales, por ejemplo.
También, aspira a explorar los NFT (tókenes no fungibles, por sus siglas en inglés), los certificados de autenticidad para objetos digitales asociados a un objeto único, cuya popularidad estalló en 2021 y que podrían “permitir a los creadores construir relaciones más cercanas con sus fans”.
A YouTube le gustaría “proporcionar un método controlable para que los fanáticos posean videos, fotos, obras de arte o incluso experiencias únicas de su creador favorito”.
El servicio no se olvida de las marcas, y está trabajando en herramientas para facilitar las compras directamente en los vídeos o mediante “live shopping”.
Además: ¿Cómo funciona la publicidad personalizada en la red?
Google obtuvo US$76 mil millones de ganancias netas anuales en 2021, casi el doble que en 2020, y domina la publicidad en línea, justo por delante de Meta.
Pero la presión contra las herramientas de orientación publicitaria, acusadas de recopilar demasiados datos confidenciales de los usuarios, y la mayor competencia de TikTok o los videojuegos obligan a los dos gigantes a diversificarse para no dejarse alcanzar por sus rivales.