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“Nos están forzando a regresar a esa burbuja de aislamiento”, dicen los trabajadores que anhelan volver a la oficina

El incremento de casos y la variante Delta, no dan tregua a la pandemia y a los trabajos.

Veronica Polivanaya en su espacio de trabajo compartido en su casa en San Francisco el 13 de agosto de 2021. Pudo regresar a la relativa tranquilidad de su oficina durante unos días a la semana a partir de julio, pero le preocupa que el virus en aumento pueda enviarla de regreso. A su agitada vida de trabajo desde casa. Foto Prensa Libre: Jim Wilson / The New York Times

Veronica Polivanaya en su espacio de trabajo compartido en su casa en San Francisco el 13 de agosto de 2021. Pudo regresar a la relativa tranquilidad de su oficina durante unos días a la semana a partir de julio, pero le preocupa que el virus en aumento pueda enviarla de regreso. A su agitada vida de trabajo desde casa. Foto Prensa Libre: Jim Wilson / The New York Times

Antes de la pandemia, los días de Roya Joseph en la oficina se definían por la interacción. Esperaba con gusto las conversaciones informales con los compañeros de trabajo, las sesiones de mentoría con gerentes, así como las charlas periódicas y relajadas (conocidas como “la hora del té”) en la cocina de la oficina.

Todo eso se terminó de manera abrupta cuando Joseph, una ingeniera hidráulica en Black & Veatch, una firma de ingeniería, fue enviada a casa por su oficina ubicada en Walnut Creek, California, como el resto de sus colegas a medida que el coronavirus comenzó a extenderse en Estados Unidos el año pasado. Ella aprovechó la oportunidad de volver cuando su oficina reabrió para algunos empleados en junio.

No obstante, hace dos semanas, su vida de nuevo sufrió una sacudida. Black & Veatch cerró sus oficinas cuando los casos del virus comenzaron a elevarse en todo el país debido a la variante delta, que es más contagiosa.

“Es deprimente. Siento como que nos están forzando a regresar a esa burbuja de aislamiento. Siento que, a nivel mental, no estoy lista para enfrentar eso otra vez”, dijo Joseph, de 32 años.

Mientras los trabajadores que desean quedarse en casa de manera permanente han alzado la voz sobre sus exigencias, una mayoría silenciosa de estadounidenses sí quiere volver a la oficina, al menos por unos días a la semana. Sin embargo, a medida que el aumento más reciente de casos de coronavirus ha llevado a los empleadores a retrasar los planes de regreso a las oficinas, ese grupo más grande está cada vez más melancólico.

En una encuesta nacional de más de 950 trabajadores, realizada a mediados de agosto por Morning Consult a petición de The New York Times, el 31 por ciento dijo que preferiría trabajar desde casa a tiempo completo. En comparación, el 45 por ciento dijo que deseaba estar en un lugar de trabajo u oficina a tiempo completo. El restante 24 por ciento dijo que le gustaría dividir el tiempo entre la oficina y el trabajo desde casa.

Morning Consult les preguntó a trabajadores de diversas industrias, por lo que los empleados de traje de las oficinas están representados junto a aquellos que trabajan en otros campos, como la venta minorista. Los hallazgos de la compañía de inteligencia de datos son similares a los de encuestas internas recientes efectuadas por empleadores como Google y Twitter, así como encuestas externas realizadas por firmas como Eden Workplace.

David Pantera
David Pantera, un nuevo empleado de Google, en su casa de San Francisco el 18 de agosto de 2021. A Pantera le preocupa que el cambio a la orientación virtual el próximo mes pueda afectar su carrera. Foto Prensa Libre: Jason Henry / The New York Times

Sin duda, a algunas personas les ha ido de maravilla en sus nuevas vidas de trabajo remoto. Ahorraron tiempo y dinero, y en ocasiones incrementaron su productividad. El grado al que los empleados han adoptado modelos remotos permanentes o de trabajo híbrido ha sido “impresionante” para los ejecutivos de las compañías, dijo Tsedal Neeley, una catedrática de la Escuela de Negocios de la Universidad de Harvard que ha estudiado el trabajo remoto durante décadas.

No obstante, para otros, dijo Neeley, ha eliminado barreras necesarias entre la vida profesional y hogareña, ha incrementado una sensación de aislamiento y ha llevado al agotamiento. “A algunas personas no les gusta usar una pantalla. Su corporeidad y su cercanía a otras personas es una parte importante de cómo luce el trabajo”, mencionó.

Roya Joseph
Roya Joseph, ingeniera de agua, el 18 de agosto de 2021, en la oficina donde espera regresar en Walnut Creek, California. A medida que aumentan los casos de coronavirus y las empresas mantienen cerrados los lugares de trabajo, los empleados frustrados no pueden esperar para regresar a sus cubículos. Foto Prensa Libre: Kenny Hurtado / The New York Times

Muchos trabajadores ya volvieron a la oficina. Solo el 13 por ciento de los estadounidenses trabajaron desde casa en algún momento de julio, estimó la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos, un descenso en comparación con el mayor registro durante la pandemia del 35 por ciento en mayo de 2020. Además, algunos trabajadores han dicho que la variante delta no ha cambiado los planes de regresar a la oficina de sus empleadores.

No obstante, un número creciente de compañías de alto perfil, como estudios de Hollywood, bancos de Wall Street y gigantes tecnológicos de Silicon Valley, han retrasado sus regresos. Para los que están a favor de volver a las oficinas, estas salidas en falso han sido insoportables, dijo Neeley.

“Estamos en este estado perpetuo de espera y ahora eso se ha prolongado con mayor incertidumbre”, expresó.

David Pantera, un nuevo gerente adjunto de mercadotecnia de producto en Google, dijo que la compañía había decidido mantener la orientación programada para septiembre para él y otros recién contratados como un evento virtual, como ha sido desde el comienzo de la pandemia. El proceso de inducción de Google, conocido como una “orientación para ‘nooglers’”, suele ser un evento social que busca crear comunidad para que los empleados se conozcan entre ellos y aclimatarlos a la cultura de la compañía.

Pantera, un joven de 23 años recién graduado de la universidad, dijo que estaba emocionado de comenzar su nuevo trabajo, pero le preocupaba que el hecho de perderse esa experiencia presencial afectara sus posibilidades profesionales.

“Si no establecemos cimientos realmente firmes en esta compañía en nuestros primeros seis meses, o en nuestro primer año, ¿qué base nos deja eso para el resto de nuestro tiempo en la empresa?”, preguntó Pantera, quien vive en San Francisco. “¿Qué pasa si eso desilusiona a muchas personas brillantes, apasionadas e inteligentes de la industria?”.

En Toronto, Alethea Bakogeorge cuenta los días que faltan para regresar a su trabajo en una compañía de teatro musical. Dijo que trabajar desde casa ha “erosionado los límites entre el espacio de trabajo y el de la casa”, lo que incluso ha causado que en ocasiones se salte alguna comida para evitar pasar más tiempo en la cocina, que también sirve como su oficina.

Bakogeorge, de 25 años, padece parálisis cerebral, una enfermedad que causa dolor crónico. Sus traslados a pie a la oficina le brindaban una opción de ejercicio moderado que le ayudaba a lidiar con ese dolor, indicó.

“No me había dado cuenta del impacto que tenía en mi salud física al ser una persona con discapacidad y cuánto lo extrañé cuando ya no recibía esos beneficios”, señaló.

No obstante, el aumento en casos de coronavirus ha acabado con sus esperanzas de un regreso durante el verano.

“En mayo, pensé que tal vez íbamos en una dirección en la que podría regresar a la oficina. Ahora, con lo que ha resultado ser la variante delta, pienso que es menos realista para mí esperar un regreso a la oficina en cualquier momento del futuro cercano”.