Al mismo tiempo, este aumento podría vincularse al auge de los llamados chatbots –modelos de lenguaje que sistematizan la información consolidada en la red– que durante el último año han revolucionado el mundo con su accesibilidad a respuestas de todo contenido.
Pero más allá de los modelos de lenguaje, entre los cuales han destacado ChatGPT o Bard de Google, la IA generativa ha logrado posicionarse mediante aplicaciones y herramientas que permiten generar contenidos audiovisuales.
Durante la última década, el finlandés Lasse Rouhiainen ha investigado sobre las posibilidades y la democratización de esta tecnología, y a la fecha ha publicado dos libros enfocados en disrupción que ha supuesto la IA.
El especialista, quien además es colaborador de empresas como Microsoft y Bayer, visitó Guatemala a mediados de junio y conversó con Prensa Libre a propósito de premisas, polémicas y potencias generales que implican el crecimiento de la IA en el mundo y este país.
1- Tomando en cuenta la popularización de la Inteligencia Artificial (IA) durante los últimos meses, ¿qué tanto cree que hemos comprendido a nivel mundial lo que implica o significa este avance?
Los servicios de IA son sistemas informáticos que analizan datos, y en base a ese análisis toman decisiones que son poco similares a las del ser humano. Esta es una definición tradicional que con los años ha ido creciendo. Durante los últimos 15 hubo una ola en la que solo grandes empresas podían utilizar la IA porque tenían muchos datos y se dieron cuenta que servía como conductor principal para aumentar sus ganancias y usabilidad.
La presencia de la IA cambió en noviembre del año pasado con la llegada de ChatGPT, y hasta ahora ha sido un catalizador tremendo. La nueva y tercera ola, a la que nos enfrentamos actualmente, es la de la Inteligencia Artificial generativa que puede crear contenido a partir de indicadores. Es más potente porque se trata de súper asistentes al alcance de cualquier persona, que además son gratis.
Sin embargo, apenas conocemos la punta de iceberg. Sin duda es algo que ha generado una percepción confusa y errónea que tiene que ver con una idea de Hollywood que cree que los robots destruirán a las personas. Pero esto realmente nos puede llevar a más productividad. Es una revolución porque traerá cambios y ya no necesitaremos que tantas personas hagan una sola cosa.
2- Mucho del temor tiene que ver con la sustitución de empleados en ciertos tipos de trabajo. ¿De qué depende que una labor vaya perdiendo candidatos humanos en aras de la expansión de la IA?
La respuesta está en la repetición. Cuanto más repetitiva sea la labor en el día a día, más probabilidad habrá para que la máquina sustituya esas labores. Es algo que pasaría sobre todo en tareas de secretaría y administración.
Donde menos sustituiría es en labores donde hay mucha variación en el día, y donde hay más interacción con humanos. La educación podría ser revolucionada. Por ejemplo, podría reducir el más del 50% del tiempo que usan los maestros para revisar pendientes administrativos y técnicos antes de las clases.
3- Sobre el aprendizaje en centros educativos. ¿Cree que se pone en riesgo la estimulación o profundización del pensamiento?
Eso es un tema de pensamiento crítico. En el caso de las universidades o instituciones educativas, primero es importante que los profesores puedan adaptarse a la nueva tecnología, pero también, qué empujen a los alumnos para que fomenten su pensamiento crítico.
4- ¿Cuáles cree que son las posibilidades que han quedado nubladas de esta tecnología, en medio de las tantas polémicas que ha suscitado?
Por ejemplo, he visto que hay demasiadas críticas a ChatGPT. En el ámbito laboral, muchos empresarios y emprendedores se han enfocado en ver las cosas negativas, pero se deben fomentar nuevas partes. Se ha dicho que, de implementar este tipo de servicios, en lugar de trabajar ocho horas, podríamos trabajar solo cuatro y lograr así pasar más tiempo con familia o realizar pasatiempos. Podemos encontrar soluciones a muchas cosas.
5- ¿Qué necesitaría la IA para situarse y normalizarse en la esfera pública y política?
En el caso de Guatemala hace falta el marco regulativo de Inteligencia Artificial. Mi recomendación sería ver lo que está ocurriendo con las tendencias en otros países para saber cómo implementar nuevas compañías. Algo importante es que esta herramienta creará empresas que podrían llegar a facturar miles de millones de dólares y que serán gestionadas por una persona o dos. Esto nunca había sido posible.
Guatemala debe crear su marco de adecuación de IA porque eso creará start-ups y esto podría traer inversiones desde Estados Unidos porque habría mano de obra más calificada. A partir de estas consideraciones se podría determinar cuál es el límite y para aplicar esta tecnología.
Se necesitan varias conversaciones entre políticos y países de la región. Una propuesta interesante para Centroamérica sería llamar a una coalición para hablar sobre este tema y que haya una coalición. Las cosas funcionan mejor cuando se colabora y se juntan datos.