Funcionamiento
El ascenso y el descenso de esta vivienda voladora se realizan con la ayuda de un mecanismo que calienta el aire o deja que se enfríe, elevando y reduciendo el empuje hacia arriba, como en los globos aerostáticos. La dirección la controla el piloto, quien debe recibir un curso de dos semanas.
Ulitin y Taratuta señalan que las películas que contienen el helio no dejan salir el gas y que la cúpula exterior está recubierta de baterías solares y de óxido de sodio, lo que da la capacidad de mantenerse limpia sin lavarla. Además, los motores pueden funcionar bien con gasolina y con hidrógeno.
El aparato volador también produce su propia energía, al extraer hidrógeno de la lluvia o del vapor condensado en la superficie exterior de la cúpula. Cuando no está en desplazamiento, los motores pueden ser utilizados como generadores de energía eléctrica al ser impulsados por el viento y mover un engranaje reductor.
La casa podrá inmovilizarse sujetándola al terreno por medio de 8 anclas colocadas en su zona perimetral, y su estructura con forma de semiesfera podrá situarse en posición horizontal con la ayuda de un giroscopio.
El primer prototipo de Freedom tiene seis habitaciones de 30 metros cuadrados (m2), un salón de 300 m2 y una sala para invitados de 100 m2. Para entrar no se necesita que la casa esté en tierra, ya que cuenta con un ascensor telescópico y una escotilla de carga.
Este es un ambicioso proyecto que aún no tiene un costo estimado. Además, cualquier aparato volador tiene que estar regulado por las leyes de cada país en donde se utilice.
El innovador diseño permite a esta casa volar y flotar por el cielo. (Foto Prensa Libre EFE)