De acuerdo con el mismo sitio, que desde 2008 se dedica a compartir estadísticas y reflexiones sobre la industria del entretenimiento virtual, los videojuegos son clasificables a partir de la inversión económica que les lleva a existir, así como depende del alcance logrado después de su publicación.
Por otro lado, Gameopedia también señala que la distinción entre los juegos Triple A y los llamados indie permite que los consumidores “conozcan sobre el potencial de los juegos”.
Los AAA son aquellos que tienen reconocimiento a escala mundial debido a las grandes inversiones de dinero y tiempo alrededor de su producción, así como también incluyen a muchas personas durante el proceso de creación.
Por ejemplo, mientras que un juego de alcance mundial podría costar millones en su producción -y por lo que se espera un retorno mayor a esa inversión- una experiencia tipo indie podría estar hecho apenas por cuatro personas con una cantidad limitada de dinero.
Aunque los Triple A se han hecho de un lugar importante en la historia del entretenimiento por más de seis décadas, cabe resaltar que durante los últimos 13 años el mundo ha comprobado una mayor visibilización de los juegos indie.
Para el Ingeniero Ángel Manuel Zurita Fernández, coordinador del grado en Diseño y Desarrollo de videojuegos en la Universidad Internacional de la Rioja (Unir), este fenómeno es sencillo de entender si se pone en perspectiva la formula mediante la cual los desarrolladores indie han priorizado la elaboración de narrativas más “honestas”.
Zurita comenta que, de repente, en 2010, varios artistas con capacidades desarrolladoras comenzaron a trabajar en sus propios videojuegos. Posteriormente, bajo una operatividad independiente, difundieron sus propuestas “de boca en boca”. Con el tiempo, la difusión generó una pequeña y novedosa oleada que logró alcanzar grandes cantidades de seguidores en internet.
“Esto permitió que millones pudieran conocer nuevos juegos sin intervención de un editor (que en inglés lleva por nombre Publisher). Desde entonces el videojuego indie se ha caracterizado por ser más genuino”, comparte el docente en la Universidad de la Rioja.
Cómo saber si un videojuego es indie
Mientras que los videojuegos indie suelen verse como propuestas emergentes o de poco alcance debido a su narrativa que no obedece cánones, los Triple A cada vez apuestan menos por sus narrativas, señala Zurita Fernández.
El ingeniero y docente universitario comenta que los videojuegos más exitosos o populares que suelen alcanzar grandes ventas suelen presentar menos experiencias innovadoras, y esto podría deberse a la constante elaboración de remakes o secuelas de las historias que ya se conocen.
“En el mundo indie encontramos que los juegos podrían ser exitosos, pero sucede que casi la totalidad son un fracaso si entendemos que la meta sería recuperar una inversión inicial o tener reconocimiento mundial. Muchos de estos no suelen resonar tantísimo”, cuenta el especialista.
¿Qué hace que estos juegos no provoquen una ruptura mundial? La respuesta podría encontrarse en la forma en la que lucen gráficamente, además del tipo de historia que relatan.
Más allá de un fatalismo supuesto, Ángel Manuel Zurita infiere que los autores indie no buscan ser complacientes, sino genuinos con sus historias.
Uno de los tantos casos que ejemplifica esto podría ser That Dragon, Cancer: un videojuego desarrollado en 2016 por la distribuidora Numinous Games que propone la historia del hijo de Ryan y Amy Green (desarrolladores del juego) quien fue diagnosticado con cáncer a los 12 meses de haber nacido.
La propuesta virtual, que obtuvo el reconocimiento como Juego para el Cambio en The Game Awards pretende a través de interacciones e inmersiones en la cotidianidad, que los usuarios conozcan el proceso de enfermedad que atraviesan los padres de la historia original.
“Esta posibilidad de innovar o de no tener que seguir cánones permite que existan apuestas de líneas narrativas poco convencionales y no siempre habrá un guion fácil de digerir“, comenta el ingeniero Zurita Fernández.
Lo cierto es que este tipo de propuestas podrían desafiar a los jugadores al momento de asimilar las historias. El especialista entrevistado pone en perspectiva esto al mencionar que una gran mayoría de los videojuegos independientes exploran temas que suelen estar velados de simbolismos con dosis metafóricas grandes.
Por otro lado, en términos de gráficas artísticas, Zurita Fernández explica que no hay un estilo muy común, salvo que se alejan de propuestas hiperrealistas como la de los Triple A que suelen ser más caros de producir. No obstante, técnicas como dibujados a lápiz o el llamado arte-píxel han sido tendencia en varias de estas narrativas. Minecraft, por ejemplo, ha sido uno de los videojuegos indie que ha explorado esa estética.
De acuerdo con Ángel Manuel Zurita los aportes de las propuestas indie pueden ir más allá del entretenimiento, así como ocurre con otros juegos Triple A: “Muchas propuestas enseñan sobre la toma de decisiones, la priorización de tareas, la optimización y la capacidad de resiliencia, así como enseñan a manejar la frustración“.
El ingeniero y docente entrevistado comparte que el sumergirse en estas propuestas se traduce a un ejercicio de apertura ya que, gran parte de los videojuegos independientes, así como los Triple A no están dirigidos a una sola edad o género. “Acá prevalece el interés que se tenga por el mundo del videojuego. Muchas veces los indie se entienden como una joya escondida con experiencias más emocionantes y que hacen pensar”, agrega Zurita Fernández.