Hoy, que se celebra el Día Internacional de la Tierra, es un momento para contemplar y conservar este recurso.
Según datos de la Fundación Defensores de la Naturaleza el monte espinoso seco tiene una función importante como corredor biológico, fuente estacional de alimentación y lugar de reproducción.
Estos papeles lo vinculan a otros tipos de bosque y lo convierten en una pieza importante para la polinización.
Habitado por más de 45 especies de mamíferos, algunas de ellas -precisamente las más comunes- están vinculadas a los bosques de galería y son puente para las asociaciones boscosas e importantes dispersoras.
Además, incluye una gran diversidad de comunidades de plantas dominadas por arbustos, árboles pequeños dispersos, cactos y algunas bromelias terrestres. Las mayores extensiones se encuentran en los desiertos del norte de México, al norte de Colombia y Venezuela, occidente de Perú y Chile, así como en La Catinga, noreste de Brasil; El Chacho, en Paraguay, y el noreste de la Patagonia, en Argentina.
Vida en abundancia
El doctor Juan Fernando Hernández, jefe del departamento de ecología y ciencias ambientales, de la Escuela de Biología de la Universidad de San Carlos, explica que la zona del bosque espinoso seco se caracteriza por su paisaje de arena, rocas, suelo relativamente poco fértil y valles formados por cursos de ríos.
En Guatemala el área más grande se encuentra en El Progreso y Zacapa, incluso en algunas regiones de Cuilco, Huehuetenango, y Sacapulas, Quiché.
Huéspedes
En éstos habitan cactáceas, leguminosas y guayacán (árbol de madera fina dura, color casi negro; de flores moradas que está en peligro de extinción). En cuanto a la fauna, abundan las lagartijas y varias especies de peces.
Las aves que comparten este hábitat son correcaminos, chorchas, garzas y aves de presa, como gavilanes. El arácnido más frecuente y venenoso es el heloderma (escorpión), que comparte el paisaje con el coche de monte, coyotes y conejos.