Vida

Zoila Luz García Salas

Directora de orquesta y pianista que preside la Asociación Pro Música Augusto Ardenois

Pianista y directora de orquesta, Zoila Luz García Salas ha desarrollado una extensa labor como maestra de jóvenes músicos, en nuestro país y en África.

Fundó una orquesta de niños y jóvenes en Camerún, en 1985, donde residió. Antes había vivido 10 años en Francia. En ese país obtuvo las licenciaturas en Enseñanza en piano y de Concierto en piano. A su regreso a Guatemala, en 1993, participó activamente, junto a un grupo de exalumnos del maestro Augusto Ardenois, en la formación de la Asociación pro Música que lleva su nombre, y con la cual organizaron una orquesta y concursos para niños y jóvenes intérpretes.

En el 2000 hicieron su I Temporada Rural, financiada por Adesca.

¿Hacia dónde va la asociación?

?La meta de la asociación es, sobre todo, facilitar y promover un poquito más la formación de músicos en Guatemala?.

¿Tiene la asociación las condiciones para llevar eso a cabo?

?Es un proyecto que se llama Escuela de Formación Integral Especializada en Música, para el que estamos buscando fondos. Pensamos abrir una escuela piloto en la cual, por las mañanas se dé una formación general, y por las tardes, una formación especializada. En esa escuela estarían los niños escogidos especialmente, en primer lugar, por el alto nivel de notas en la formación general, y en segundo, por el grado de talento musical?.

¿Tomarán como referencia sus actividades en África?

?Sí. Lo que hice en África me dio ideas de lo que se tiene que hacer aquí, porque lamentablemente la vida musical se ha empobrecido mucho. Tenemos una única orquesta sinfónica, mientras que en otros países hay 15. Además, pocos músicos, muy pocos egresados del Conservatorio que pueden volverse músicos profesionales.

Yo siento que la carrera musical ha ido aletargándose, muriéndose, todo por falta de estímulo. Ahora, ¿qué maneras hay para estimular a los jóvenes músicos? En primer lugar, decirles que lo que están haciendo es importantísimo para la cultura del país. Organizamos concursos, talleres con pianistas o músicos del exterior, y aprovechamos cuando ellos dan conciertos para que los oigan. Asimismo, que les den consejos, les digan lo que piensan y les aporten ideas de lo que pueden hacer?.

¿Eran similares las condiciones que afrontó en África?

?En realidad en África no había orquestas clásicas. En África lo que más se utiliza son las orquestas autóctonas, tambores, instrumentos regionales y música típica del país. Hasta cierto punto, la música clásica se ve como la música de los extranjeros, la música de los blancos, y no se conocía mucho, pero hay una gran tradición coral en las iglesias.

Al ver eso pensé: por qué no aprovechar ese talento musical. Con unos amigos europeos comenzamos por formar una academia privada, y dentro de ésta, como éramos varios músicos de diferentes instrumentos, decidimos comenzar un pequeño grupo orquestal, como de 15. Eran ingleses, americanos, franceses, de todas nacionalidades. A alguno de ellos se le escapó hablarlo en los centros culturales, de manera que una vez me llamó a mi casa el ministro de Cultura (de Camerún).

Era un señor muy culto y me dijo: mire señora, yo sé que usted está llevando a cabo un proyecto, una orquesta, y esto va un poco con la idea que yo tengo; quisiera colaborar con ustedes, pero también proporcionarles todo lo que necesitan, para que formen una orquesta clásica en el Camerún.

?Para nosotros era una idea enorme. Me dijo: hágame una lista de lo que necesita, qué es lo que quiere, yo quiero que esto se lleve a cabo y yo le ofrezco todo. Estábamos a cero. Total es que puso a mi disposición todo, eso sí, me dijo, dentro de tres meses quiero tener un concierto.

?Cuando los diferentes centros culturales se enteraron, hubo una cruzada muy linda. Inmediatamente mandaron avisos a los conservatorios y escuelas que los jóvenes de 18 años, en lugar de hacer servicio militar, fueran a Camerún como instructores musicales.

En un mes ya la teníamos armada, fuimos a escoger niños a las escuelas, un poco lo que queremos hacer aquí, claro que allá es mucho más pequeño. No hicimos el concierto tres meses después sino nueve meses más tarde, pero la instrucción fue tan acelerada y tan buena que esos niños ya tocaban lindísimo a los nueve meses; una escuela increíble.

A partir de ese momento organizamos giras por todo el país y fuimos a países vecinos; se fue extendiendo. Cuando yo me vine, de 15 que comenzamos los integrantes de la orquesta llegaban a 70 u 80. La última noticia que tuve fue que muchas personas de Senegal habían comenzado con la misma idea y el mismo sistema, y fue llevada por uno de los instructores que había trabajado en Camerún conmigo?.

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