La tortuga de orejas rojas, también conocida como galápago de Florida, cuyo nombre científico es Trachemys scripta elegans, es la única que legalmente se puede tener como mascota en el país por ser una especie invasora, expone.
José Daniel López Chen, zootecnista, especializado en especies exóticas, indica que cada mes unos 10 mil ejemplares de esta especie se comercializan en Guatemala, pero son muy pocos los que sobreviven, pues las personas no saben cómo cuidarlas.
1. Especies en riesgo de extinción
Marroquín refiere que todas las especies nativas de tortugas de Guatemala están en el listado de especies protegidas, por lo que está prohibido comercializarlas como mascotas o para consumo. Entre estas está la sabanera, de oreja verde, de monte, blanca, carey, parlama, Baule y cabezona. Además, su hábitat está amenazado por invasión del ser humano, contaminación y cambio climático. Hay especies que también se pueden adquirir y tener como mascotas, porque no son nativas, como la tortuga leopardo o tortuga sulcata.
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2. Espacio similar a su hábitat
Las tortugas de orejas rojas necesitan estar en pecera predominante en agua y con área seca. Por cada tortuga se necesitan 5 galones de agua. Al no ser capaces de regular la temperatura de su sangre, requieren que su ambiente esté a más de 25 grados centígrados. Su espacio debe ser amplio y con profundidad de agua variada, según el tamaño del reptil. Es importante que estén expuestas al sol de forma directa de 4 a 6 horas al día. Si se mantienen en interiores, deben estar expuestas a foco de luz ultravioleta (UVB). El sustrato seco puede ser arena o fibra de coco, y ambientarlo con piedras, troncos y cuevas para protegerse del sol.
3. Alimentación y suplementación
Las tortugas de orejas rojas jóvenes comen a diario y los adultos, cada dos o tres días. Aunque son omnívoras, un 40% de su dieta debe ser proteína de origen animal. En estado natural comen pequeños peces y anfibios, caracoles, ratones y grillos. En casa se les puede dar tenebrios, pollo, filete de pescado, ratones o pellets para tortugas. Complementar con plantas ricas en calcio y fósforo como acelga, berro, hoja de nabo, alfalfa, trébol o diente de león. Su dieta debe ser variada y se les debe dar bloques de calcio para suplementar su dieta, así como con vitamina A.
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4. Hábitos y comportamientos
Hay que tener claro que las tortugas no tienen apego emocional y no van a demostrar ni cariño ni empatía por ser un reptil. El exceso de manipulación por el humano le causa estrés a cualquier animal, por lo que hay que respetar el comportamiento de cada especie. Las tortugas están acostumbradas a relacionarse con otros reptiles como cocodrilos y caimanes. Se recomienda mantenerlas alejadas de perros, porque algunos de estos las atacan y las muerden y el desenlace es fatal para ellas.
5. Características biológicas
Las tortugas son de sangre fría, por lo que no son capaces de regular su temperatura. Las terrestres tienen dedos y uñas en sus patas; las semiacuáticas, membranas interdigitales en estas, y las acuáticas, aletas en vez de patas. Tienen pico afilado de queratina, sin dientes. La mayoría son omnívoras y tienen buena visión. Su caparazón está formado por cartílago, hueso y membranas. Al ser reptiles, mudan de piel y capa del caparazón. La tortuga de orejas rojas hace sus funciones metabólicas en el agua, como deglutir y comer.
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6. Enfermedades más comunes
Pueden desarrollar ablandamiento, decoloración, ulceración o fractura del caparazón. De ahí la importancia de suplementar su dieta con calcio. También pueden tener infecciones oculares, absceso aural, estreñimiento, diarrea o afecciones respiratorias, las cuales, en la mayoría de casos, se deben a una dieta o ambiente inadecuados. Los signos que manifiestan cuando están enfermas son inflamación ocular, estornudos, pérdida del apetito, abre la boca para respirar, no se sumerge en el agua o cambios de comportamiento.
7. Recomendaciones adicionales
El agua de la pecera de la tortuga de orejas rojas debe cambiarse una o dos veces por semana e instalarle un filtro. El agua no debe contener cloro o utilizar purificador. Si se tiene en jardín, debe tener exposición al sol, mantenerle el agua a más de 25 grados centígrados y cerrar el espacio con una malla. Si la temperatura es menor de esta, entra en períodos de hibernación, no recomendable en tortugas de países tropicales. Son animales longevos. Según la especie, pueden llegar a vivir de 40 a 100 años.
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