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Por qué el calentamiento global afecta más a las familias lideradas por mujeres
Los hogares liderados por mujeres pierden un 34 por ciento más de ingresos, en comparación con los demás, cuando la temperatura aumenta, dice la ONU.
El cambio climático está causando estragos a escala mundial, principalmente en la agricultura. (Foto Prensa Libre: EFE)
Un nuevo informe muestra cómo el calentamiento global, impulsado por la quema de combustibles fósiles, puede magnificar y empeorar las disparidades sociales existentes.
El calor extremo está empobreciendo a algunas de las mujeres más pobres del mundo.
Esta es la cruda conclusión de un informe, publicado el martes, por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por su sigla en inglés), basado en datos meteorológicos y de ingresos en 24 países de ingresos bajos y medianos.
El informe se suma a un conjunto de trabajos que muestran cómo el calentamiento global, impulsado por la quema de combustibles fósiles, puede magnificar y empeorar las disparidades sociales existentes.
¿Qué concluye el informe?
El informe concluye que, aunque el estrés térmico es costoso para todos los hogares rurales, es significativamente más costoso para los hogares liderados por una mujer: los hogares encabezados por mujeres pierden un 8 por ciento más de sus ingresos anuales en comparación con otros hogares.
Es decir, el calor extremo aumenta la disparidad entre los hogares liderados por mujeres y los demás. Eso se debe a que están en juego disparidades subyacentes.
Por ejemplo, aunque las mujeres dependen de los ingresos agrícolas, solo representan el 12,6 por ciento de los propietarios de tierras en todo el mundo, según estimaciones del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Esto significa que los hogares encabezados por mujeres probablemente carezcan de acceso a servicios esenciales como préstamos, seguros de cosechas y servicios de extensión agraria que les ayuden a adaptarse al cambio climático.
El informe se basa en datos de encuestas de hogares entre 2010 y 2020, superpuestos con datos de temperatura y precipitaciones a lo largo de 70 años.
El efecto a largo plazo del calentamiento global también es patente. Los hogares liderados por mujeres pierden un 34 por ciento más de ingresos, en comparación con los demás, cuando la temperatura media a largo plazo aumenta 1 grado Celsius.
La temperatura media mundial ya ha aumentado aproximadamente 1,2 grados Celsius desde el inicio de la era industrial.
Según el informe, las inundaciones también reducen los ingresos de los hogares liderados por mujeres más que los de otros tipos de hogares, pero en menor medida que el calor.
“A medida que estos fenómenos sean más frecuentes, también se agravarán las repercusiones en la vida de las personas”, afirma Nicholas Sitko, autor principal del informe y economista de la FAO.
¿Qué importancia tiene?
En los últimos años se ha prestado cada vez más atención a los daños desproporcionados de las condiciones meteorológicas extremas, a veces agravadas por el cambio climático, en los países de renta baja que producen muchas menos emisiones de gases de efecto invernadero, por persona, que los países más ricos e industrializados.
Lo que se discute con menos frecuencia son las desigualdades dentro de los países. Las disparidades de género suelen ser las más difíciles de cuantificar.
La temperatura media mundial ya ha aumentado aproximadamente 1.2 grados Celsius.
“Las mujeres y las niñas se ven afectadas de manera desproporcionada por las catástrofes relacionadas con el clima, no solo por las disparidades socioeconómicas, sino también por las arraigadas normas culturales y la falta de acceso a los recursos y a los procesos de toma de decisiones”, afirma Ritu Bharadwaj, investigadora del Instituto Internacional de Medio Ambiente y Desarrollo, quien no participó en el informe de la FAO, pero ha estudiado los efectos del género y el clima.
En algunos lugares, las condiciones meteorológicas extremas, como el calor y la sequía, pueden hacer que mujeres y niñas tengan que recorrer distancias más largas para conseguir agua, alimentos y combustible para cocinar. En otros lugares, la disminución de los ingresos puede llevar a las familias a sacar a las niñas de la escuela antes que a los niños. Cuando los hombres emigran a las ciudades en busca de trabajo, las mujeres se quedan cuidando la tierra.
¿Estos problemas pueden resolverse?
Cuando los expertos en clima hablan sobre la necesidad de adaptarse al aumento de las temperaturas y a los fenómenos meteorológicos extremos, suelen referirse a la siembra de árboles para reducir los riesgos térmicos, la plantación de manglares costeros para reducir las mareas de tempestad o el desarrollo de variedades de cultivos que sean resistentes a la sequía.
Estos esfuerzos no abordan necesariamente las disparidades sociales subyacentes que hacen que el calentamiento global sea más difícil para las personas más vulnerables de una sociedad, como los hogares rurales encabezados por mujeres que destaca el informe del martes.
Se están probando otras estrategias, aunque todavía a pequeña escala.
En algunos lugares, las organizaciones humanitarias realizan transferencias de efectivo antes de que se produzcan fenómenos meteorológicos extremos, brindando a la gente dinero que puede utilizar —antes de que se produzca la catástrofe— con el fin de prepararse mejor para resistirla. En otros lugares, los seguros se activan cuando la temperatura alcanza un determinado umbral.
El nuevo informe también hace referencia a las escuelas de campo, donde los pequeños agricultores experimentan con técnicas y cultivos adaptados al clima. Cita un experimento realizado en Mozambique, donde el aumento del número de mujeres como agentes de extensión agraria animó a más mujeres para que adoptaran nuevas técnicas agrícolas.
En Malaui, añade el informe, los programas de comidas escolares redujeron la presión de las familias para sacar a las niñas de la escuela durante las malas sequías. El acceso al capital es crucial para quien carece de títulos de propiedad de la tierra. Y cuando la agricultura no proporciona los ingresos necesarios, el acceso al cuidado infantil puede ayudar a las mujeres a encontrar trabajo en otra parte.
“Las pruebas son claras: si no se abordan los efectos desiguales del cambio climático en la población rural, se intensificará la gran brecha entre los que tienen y los que no tienen y entre hombres y mujeres”, afirma el informe.