Prensa Libre publicó en octubre del 2016 el caso del menor, cuando la familia buscaba ayuda para lograr un trasplante de hígado.
Fabián Alessandro nació el 2 de septiembre del 2015 y a los 45 días su piel comenzó a ponerse amarilla. Los médicos pensaron que era hepatitis, pero los resultados fueron negativos. Exámenes más especializados indicaron que tenía un quiste en un conducto de la vía biliar, por lo que fue sometido a cirugía.
Durante la operación se detectó que tenía una enfermedad congénita, por lo que unieron su hígado con el intestino, para que la bilis fuera drenada, pero en enero del 2016 hubo una complicación.
Para junio del año pasado, una biopsia evidenció que el niño tenía una fibrosis avanzada en el hígado, un padecimiento previo a la cirrosis.
El trasplante de hígado, que no se practica en Guatemala, tiene un costo aproximado de Q1.5 millones en Taiwán o España, países donde la operación es “más barata”.
Sin poder viajar
En octubre último, la familia Santiago Lobo había recaudado el 15 por ciento del dinero requerido para hacerle el trasplante al bebé y solicitó una visa a la Embajada de Estados Unidos, con la intención de viajar a ese país y operarlo.
Según la madre, Yesenia Lobo, aplicaron a una visa de turista, pues la humanitaria tiene un costo más elevado y se requieren más trámites; sin embargo, el permiso les fue negado.
La idea entonces fue viajar a Colombia, donde una familia en una situación similar logró operar a su hijo y salvarle la vida, pero necesitaban el dinero y los permisos para viajar.
La terrible noticia llegó en diciembre, a través de la página de Facebook Unidos por Fabián, donde la madre informó sobre la muerte del niño: “Mi bebé ya está jugando con Dios, dio todo de su parte y Dios decidió ya no más dolor, la cura a su problema llegó hoy, hay fiesta y gozo en el cielo porque llegó Fabián, el bebé de los ojos de mami, ahora esos ojitos verán e iluminarán a Dios para cuidar más niños”.