El impulso del proyecto comenzó en el 2012, a través de inquilinos y delegados de la Dirección de Mercados de la comuna capitalina. En el 2014 la construcción avanzaba porque se construyeron 90 zapatas y se instalaron tuberías para drenajes.
Los trabajos los efectuó la empresa DVM —Diego Villatoro Morales, que está a cargo del proyecto. Se estima que ya se invirtieron Q5 millones.
Luego de esos trabajos se detuvo la construcción. José Guadalupe Morales, presidente del Comité de Inquilinos del sector 30 de El Guarda, explicó que la paralización se debe a la oposición de comerciantes que venden en la calle aledaña al mercado, quienes pensaron que los locales se construirían para ellos a lo cual se oponían.
Esto, según Morales, “desincentivó las inversiones”, ya que solo se lograron vender 90 locales —el 35 por ciento— de 314 que tiene del proyecto, 53 hicieron un pago parcial, y los restantes 171 no fueron vendidos.
Hoy en día la polémica con los comerciantes que tienen sus puestos en la calle ya fue aclarada y ya no se oponen al proyecto.
En el comienzo de la construcción del mezanine no había capital, la municipalidad cedió la administración del proyecto al Comité de Inquilinos del sector 30 del mercado El Guarda, sin que el proyecto tuviera respaldo financiero. Las 90 zapatas y las tuberías se instalaron, según Morales, con el aporte de 30 inversionistas.
“El dinero no está perdido. Todos los gastos fueron pagados por los inversionistas y nosotros solo somos administradores”, justificó Morales, a quien se le solicitó los documentos para determinar los gastos exactos efectuados hasta el momento, pero no los proporcionó.
¿Cómo se impulsó la obra?
Josué Rodríguez, uno de los 30 inversionistas, explicó que personal de la comuna capitalina promovió el proyecto, y fue a través de un volante que repartían los trabajadores que conoció la posibilidad de adquirir un local comercial.
“Me dejé llevar porque era un proyecto municipal. Mi error fue no conocer la situación del mercado, para ellos era otro proyecto más que administraban la directiva de inquilinos y no la municipalidad”, expuso Rodríguez.
Morales aceptó que la ampliación del mercado se empezó a impulsar sin recursos.
Proyecto riesgoso
Para el director ejecutivo de la Asociación Gremial del Empresariado Rural (Ager), Rodolfo Castillo Aldana, desde el comienzo el proyecto fue impulsado con altos estándares de riesgo.
“Un proyecto si no tiene suficiente respaldo de capital para garantizar la obra, y querer hacerlo con los propios fondos de los vendedores es riesgoso”, indicó Castillo Aldana.
El director de Ager consideró que el proyecto era muy grande para ser administrado por los inquilinos quienes lo hicieron, y sin mayor asesoramiento. “Con mejor asesoría se pudo haber vendido locales por fases a través de promotores inmobiliarios”, dijo.
En junio se le consultó a la Dirección de Comunicación Social de la comuna capitalina la razón por la cual los trabajos de remodelación en el mercado El Guarda se suspendieron, y la respuesta fue que “no es proyecto municipal”.
Prensa Libre volvió a solicitar una explicación del proyecto a la misma dirección, y aunque no ofreció mayores detalles, reconoció que la comuna autorizó la ampliación.
“Es un proyecto que los inquilinos presentaron ante la Dirección de Mercados de la Municipalidad de Guatemala, luego de la evaluación respectiva se les proporcionó la autorización para poderlo ejecutar. El proyecto, en todos los aspectos, será ejecutado por cuenta de los inquilinos”, informó a través un mensaje de WhatsApp una trabajadora de la dependencia municipal.
El terreno en el que está construido el mercado pertenece a la comuna capitalina, que es quien autoriza cualquier restauración o ampliación.
Buscan salvar el proyecto
Algunos de los 30 inversionistas de la obra guardan la esperanza de que el proyecto se concluya, ya que se efectúan mesas técnicas para resolver el atraso y un banco podría ser financista.
La empresa Aceros Prefabricados, S.A. (Apsa) ya recibió Q1.4 millones en el 2014 para continuar el proyecto, pero necesita más recursos.
Rodríguez aseguró que la compañía Apsa está consciente de que la obra se debe concluir.
El director de Ager sugirió el rescate del proyecto a través de un banco que financie la construcción final de los locales.
Según Rodríguez, en las mesas de dialogo en las que participan delegados de la municipalidad, se supo que el Banco de Desarrollo Rural S.A. (Banrural) respaldaría el proyecto.
“Entró Banrural y nos dijeron que nos darían el dinero para que Apsa termine el proyecto”, aseguró el inversionista.
Al respecto, el departamento de Comunicación de Banrural informó: “Impulsamos el sector informal y como tal participamos en una mesa técnica como potencial financista de los locales —del mercado El Guarda— cuando estén terminados”.
Morales y Rodríguez aseguran que a finales de este año podría oficializarse la continuidad de la construcción, mientras que otros inversionistas perciben que la comuna capitalina se “lava las manos”, aunque no pierden la esperanza de recuperar el dinero aportado.