La decisión molestó a Rodas, a Carredano y a la más de docena de personas que gritó una variedad de consignas criticando a los jueces, a la organización, a García, con acusaciones tan graves como un posible pago de US$30 mil para elegir a la ganadora.
Ese apoyo popular respaldó a Rodas, quien certifica esa manifestación de aprecio, junto con su desempeño, como motivos suficientes para conseguir un mejor resultado. “Estoy contenta con mi desempeño”, dijo. Lo que le genera sospechas, asegura, es el trato que recibió García, quien, según la representante de Suchitepéquez, recibía un trato preferencial.
“Desde un inicio se rumoraban muchas cosas”, relata. “Ella tenía dos asesores que nos dijeron que eran parte de la organización pero venían a trabajar con ella”.
Esa es una valoración que comparte Valerie Aguilar, quien llevó la banda de Santa Rosa, y también dijo sentirse molesta con lo ocurrido. “En realidad sí fue como todos lo notaron”, apunta.
“Nosotras mismas al principio del evento se notaba demasiado porque, incluso, no llegaba a los ensayos”, recuerda. “Tenía varios asesores. Nos decían que no debía llegar nadie y a ella se lo permitían”.
Esas acusaciones, según las representantes, se suman a las dudas que percibieron en el proceso de votación.
Según Rodas, “ese mismo día nos dijo Carlos Garnica (presidente de la organización Miss Universe Guatemala) que el jurado calificaría con paletas, que se iban a marcar los resultados en la transmisión, pero no fue así”.
“Quejas injustificadas”
Por su parte, Garnica asegura que esas quejas son hechas sin fundamentos y que es una acusación por parte de las representantes que son descartadas para la corona.
“Todo se basó en la legalidad”, explica. “Hay una firma de abogados y auditores y ahí están las calificaciones de cada uno. Se hizo a mano, cada jurado firmó su hoja, yo recibo el informe de quién ganó y me toca felicitarla”.
Esa práctica es respaldada por Rafael Biguria, cirujano plástico, y Rosa María Castañeda, Miss Guatemala 2001, quienes integraron el jurado calificador.
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Castañeda, quien señala que ya ha participado en otros certámenes tanto como juez y presentadora, que la elección se toma antes del show. Las concursantes participan en una serie de eventos preliminares en los que son evaluados de forma más personal por cada uno de los calificadores. El día del espectáculo, se suman las calificaciones de las preguntas que se les hace a las finalistas.
“Yo tenía que colocar en unas hojas calificación de 1 a 10 para la presentación de gala, de traje de baño y así. Esa noche (el 31) entregamos cada uno nuestras hojas. Yo desconozco cómo califican los demás”, explica.
Los mismo cuenta Biguria, quien puede certificar los resultados de sus votaciones y no la de los demás.
Al terminar el certamen, los representantes legales recogen las papeletas, ponderan las evaluaciones y eligen a la ganadora. Un proceso habitual pero que, coinciden ambos, queda marcado por la discreción.
Mejores procesos
“Lo más correcto habría sido ver las puntaciones”, valora Biguria, quien rechaza las reacciones del público y de algunas concursantes, pero que considera se pudieron evitar si existía una mejor retroalimentación por parte de la organización. “El problema es la mala información de la organización. Nos deberían de sentar y explicarnos (a los jueces)”.
“Qué pasa después de que entrego mi boleta, no lo sé”, añade.
Lo que pasa después, según Garnica, es que la parte legal y auditora certifican los resultados, el presidente de la organización los firma. “No hay forma de cambiar un dato”, asegura.
Al cuestionarse a Biguria y Castañeda sobre la elección de Mariana García como Miss Guatemala Universo 2018-2019, ambos coincidieron que lo mejor sería pedir a la organización que respalde los resultados. “Esos los tiene la firma de abogados”, precisa Garnica.
La ganadora del certamen, Mariana García, representante del departamento de Guatemala, de 18 años y que recibirá la corona que en 2017 recibió Isel Súñiga, agradeció a varias personas en su perfil oficial de Facebook. Sobre las acusaciones, se contactó a su representante para conocer su postura y explica pese a que existe disponibilidad para hacer la entrevista, no se ha podido llevar a cabo.
Thalía Carredano, quien quedó en segundo lugar, agradeció el apoyo y decidió renunciar a la corona de Miss Grand International 2018, denunciando una falta de apoyo por parte de la organización.
Rodas, quien contó con el soporte de algunos habitantes de Suchitepéquez, y que recibieron transporte por parte de un alcalde, se quedó insatisfecha con el resultado, una apreciación que apoya Aguilar, de Santa Rosa.
No es la primera vez, sin embargo, que ocurren estas denuncias, reitera Garnica. “Cada vez que una candidata lleva fanes, familia y tiene patrocinadores atrás, si no gana, se dice aquí en Guatemala y en la China que la corona ya tenía dueño”, menciona. “El jurado evalúa 11 criterios distintos. Dicen que la belleza se ve depende de los ojos de quien la vea”.
Biguria y Castañeda, quienes integraron ese jurado, ratifican esa premisa, pero conceden que solo pueden hablar por ellos y, después de entregar la papeleta, es tema de la organización.