“La principal sospecha es que el primer ministro aceptó sobornos y actuó en un conflicto de intereses interviniendo y actuando en decisiones regulatorias que favorecen a Shaul Elovitch y al Grupo Bezeq, y al mismo tiempo exigió directa e indirectamente interferir en el contenido del sitio Walla de una manera que lo beneficiara”, señaló la nota policial.
Durante la investigación del caso 4000, que comenzó en febrero y concluyó en noviembre, se reunieron los testimonios de 60 personas, se realizó una investigación fuera de Israel, y se recopilaron y analizaron materiales de investigación, incluidas grabaciones y documentos, además de la incautación de unos 28 millones de euros.
A su término, “la evidencia en el caso indica que la relación entre el primer ministro y sus asociados cercanos con el Señor Shaul Elovitch fue una relación de soborno”, consideró la Policía.
Ésta cree, de acuerdo a los hallazgos, que entre 2012 y 2017, el jefe del Ejecutivo y sus asociados “intervinieron de manera flagrante y continua, y en ocasiones incluso a diario, en el contenido publicado por el sitio web Walla News, y también buscaron influir en el nombramiento de altos funcionarios (editores y reporteros)”.
Estas intervenciones “tuvieron la intención de promover sus intereses personales mediante la publicación de artículos y fotos halagadoras, eliminando el contenido crítico sobre el primer ministro y su familia”.
La Policía concluye que “hay suficientes indicios para sustentar las sospechas contra las partes involucradas”.
En el caso del primer ministro, por cometer “delitos de soborno, fraude y abuso de confianza y aceptar de manera fraudulenta las circunstancias agravantes”.
En cuanto a su mujer, Sara, también valoran que hay pruebas que avalan una acusación de “soborno, fraude, abuso de confianza y la interrupción de procedimientos de investigación y judiciales”.
Mientras, Elovitch podría afrontar cargos por “soborno, interrupción de los procedimientos de investigación y juicio”, además de denuncias por delitos contra la Ley de Valores y de Prohibición de Lavado de Activos.
En febrero, la Policía israelí recomendó a la Fiscalía imputar a Netanyahu por soborno, fraude y abuso de confianza en otros dos casos por los que era investigado desde hace un año.
Netanyahu siempre ha rechazado las acusaciones y asegurado que durante las investigaciones no se encontraría nada “porque no hay nada”.
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