En lo que va del año se han reportado tres casos en el referido municipio, según datos del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif).
El caso más reciente se registró el pasado 6 de mayo, cuando Hetnéa Mariela Vásquez López, de 27 años y sus hijos Julio César Mejía Vásquez, 4 y José David, 5, fueron localizados sin vida en su vivienda, supuestamente por ingerir alguna substancia venenosa.
Una carta encontrada en la habitación de Vásquez López refuerza la hipótesis de la Policía Nacional Civil (PNC) y del Ministerio Público (MP) de que el fallecimiento se debió a suicidio y que habría envenenado a sus dos hijos.
Sergio Ordóñez, del Inacif en Quetzaltenango, indicó que la madre y sus dos hijos fallecieron por edema cerebral.
Varios familiares comentaron que Hetnéa convivía con Santos Julio Mejía Vásquez, con quien tuvo muchos problemas intrafamiliares e incluso hubo violencia física en la relación.
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“Muchas veces las situaciones por las que pasa cada persona hacen que esta se encierre, y al no poder encontrar solución a sus problemas opta por quitarse la vida. Es necesario que las autoridades tomen acciones para contrarrestar los suicidios”, dijo una vecina.
Carmen Esquivel, maestra, dijo que entre los factores que influyen en las personas a tomar esta decisión está la depresión y violencia intrafamiliar, por eso es importante que las autoridades tomen acciones.
Gerardín Díaz, alcalde de San Carlos Sija, dijo que están preocupados porque en el municipio se ha registrado varios casos.
“No sabemos qué problemas pasan por la mente de los vecinos, quienes han decidido tomar estas decisiones. Estamos analizando el último caso y ver que podemos hacer para contrarrestarlos, entre ellas pedir la ayuda de instituciones que puedan ayudar a identificar estos casos que se están dando”, indicó Díaz.
“Con el fin de darle seguimiento al caso visitamos la casa de las víctimas y constatamos que vivían en precarias condiciones”, expresó.
El jefe edil recordó que en mayo del 2017 fueron localizados los cadáveres de Vidalia Vicente, 26 y su hija Paola Mazariegos Vicente, 4, en su vivienda ubicada en la periferia de San Carlos Sija. En esa oportunidad se manejó la hipótesis que se habría tratado de un suicidio.
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