El interés de los pobladores por regular el uso de lugares como el Teatro Municipal, el Salón de Honor Municipal, los salones del centro cultural Casa No´j y la Casa de la Cultura surge por una serie de incidentes ocurridos en los últimos días.
Entre los hechos que los vecinos más lamentan está una riña ocurrida en el Teatro Municipal, en el 2017, y la reciente celebración de un baby shower en el Salón de Honor.
“Cómo es posible que nos llamemos la cuna de la cultura y no respetemos estas joyas arquitectónicas. puede parecer una exageración, pero hay que reflexionar, son lugares que hacen destacar a Quetzaltenango”, dijo Marta Bolaños, vecina de la zona 2.
Donald Urízar, gestor cultural, indicó que es importante contar con ese tipo de reglamentación para evitar que el Concejo permita el uso de estos lugares sin tomar en cuenta los aspectos necesarios.
“Ante la ausencia de una normativa, muchas veces el Concejo los da por sobre la dirección de Cultura. Más allá de la normativa se debe hacer conciencia a los concejales de que muchos de estos espacios no deben fungir como salones comunales”, dijo Urízar.
Añadió que el Salón de Honor ya no está capacitado para recibir a más de cien personas, por los daños en su estructura, y que el Teatro Municipal ha sido convertido en salón comunal, que se utiliza para elección de reinas.
Para el cronista Francisco Cajas también es importante darles a esos lugares el uso que merecen.
“Es condenable que sean utilizados para fiestas como un baby shower, porque fueron construidos para actos solemnes”, señaló el experto.
Añadió que ante la falta de reglamentos, las autoridades ediles deben velar porque ningún edificio histórico vuelva a ser utilizado para actividades que nada tienen que ver con la cultura.
Otros inmuebles
Misael Hernández, director municipal de Cultura, indicó que trabajan en la parte final del reglamento del Teatro Municipal y que luego lo harán con otros espacios emblemáticos que pertenecen a la comuna de Quetzaltenango.
“Esto beneficia porque es una normativa legal que permite regular el uso de las instalaciones, y así preservar el patrimonio cultural de la ciudad”, señaló Hernández.