De acuerdo con la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Covi), en el 2014 se contaban cerca de 62 mil niñas casadas entre los 13 y 17 años. El matrimonio forzado va de la mano con la maternidad, y más niñas se están convirtiendo en madres y ven frustrados su sueño de estudiar, de elegir a una pareja o de desarrollarse en el ámbito laboral.
Hablando su idioma
Jackeline es originaria de San Pedro Carchá, en Alta Verapaz. Tiene 13 años, pero a diferencia de muchas adolescentes de su comunidad, ella ha tenido la oportunidad de asistir a la escuela, conoce sus derechos y aspira a convertirse en una profesional. Mientras trabaja por sus sueños, Jackeline es testigo de cómo menores han sido forzadas a contraer matrimonio con personas mayores y a los pocos meses han dado a luz.
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“Conocí el caso de una niña que se tuvo que casar y su esposo le quitó a su bebé cuando este ya estaba grandecito. La chica murió por la angustia de no tener a su hija”, recordó Jackeline. También habla de casos de niñas que son intercambiadas por terrenos o por dinero, sus padres las entregan a hombres mayores para poder mejorar así su condición económica.
- De 2007 a 2014 se registraron al menos 6 mil 660 embarazos en niñas de 10 a 13 años, según la Encuesta de Salud Materno Infantil (Esmi).
“Tenemos que reflexionar sobre lo que estamos haciendo, porque hay más embarazo que educación, hay más matrimonios y niñas embarazadas, que ya tienen una familia. Hay que actuar antes de que sea demasiado tarde”, reflexionó la adolescente al hacer referencia que se registraron 17 mil embarazos en menores de edad en el último año.
Las falta de educación integral sobre sexualidad en los centros de estudio, así como el poco apoyo que reciben por parte de sus padres y de sus familiares para evitar los matrimonios o las uniones por la fuerza, son parte de la problemática.
- La tasa de fecundidad para mujeres de entre 15 y 19 años pasó de 98 por cada mil mujeres en el 2008, a 92 en 2014.
Yoselyn, de 16 años vive en una comunidad de Jalapa. Indicó que “en las áreas urbanas casi no se ve el problema, pero en las áreas rurales es donde más está afectando. Los padres obligan a las hijas a casarse sin que ellas quieran, porque lo hacen por motivo de dinero, prestan dinero y después no pueden pagar y dan sin que ellas quieran”, contó.
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“Están dejando tirado su proyecto de vida, tal vez de pequeñas soñaron ser mujeres de éxito y sus padres les arrebataron esos sueños”, agregó Yoselyn.
Niñas voceras
Jackeline y Yoselyn son parte del proyecto que impulsa Plan Internacional, y el cual busca disminuir la cifras de matrimonios forzados y embarazos en niñas en el país. Ellas son “voceras” junto a otras 50 menores que alzan su voz por la igualdad de derechos y para cambiar la realidad en sus comunidades ubicadas en los departamentos de Jalapa, Baja y Alta Verapaz, donde alcanzan a 225 niñas.
Leticia Ana Florselda, del área del Polochic, también participa en el proyecto. Una de sus preocupaciones es ver a niñas convertidas en madres a temprana edad, y verlas cargando en sus hombros a sus hijos en lugar de llevar libros y cuadernos dirigiéndose a la escuela. Como una solución a esta situación dijo: “Nosotros buscamos becas para estudiar”.
- De 2007 a 2014 se destinaron Q24.44 al año por cada niña adolescente matriculada en el ciclo de básico y diversificado en los establecimientos públicos, en programas de prevención de embarazos.
Como parte de las soluciones que las adolescentes ven en sus comunidades está recibir educación sexual y reproductiva en sus centros de estudio, tema que en ocasiones se ve como tabú, pero es una necesidad.
Otra de las maneras en que buscan promover los derechos de las niñas y adolescentes es hacer conciencia sobre los matrimonios forzados y embarazos de niñas, a través de la presentación de obras de teatro, en las cuales muestran lo que esta situación afecta a una niña, hablan desde su interior lo que sienten, sus frustaciones y sus sueños.
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