El vicepresidente del Consejo Comunitario de Desarrollo (Cocode) de Guadalupe El Zapote, Hermelindo Osorio García, dijo que la abundante ceniza afectó a las comunidades con la pérdida de varios cultivos.
Vea este interactivo: Ubicación del Volcán de Fuego y las comunidades que arrasó
Comunidad paralizada
Además de que las personas no han podido salir de la comunidad para sus trabajos, las clases se encuentran suspendidas por orden de las autoridades.
Los vecinos indicaron que, aunque se levante la suspensión, creen que las clases no podrán reanudarse, puesto que los maestros viven en otras comunidades y si el problema de accesibilidad vial aún no se solventa, será complicado que los educadores lleguen al lugar.
Los líderes comunitarios organizaron a la gente porque tenían noticias de que grupos de personas de la sociedad civil llevarían ayuda humanitaria.
Camino intransitable
La única forma de llegar a las comunidades, con esta emergencia, es por un camino de terracería y piedras. La entrada está ubicada en el kilómetro 81 de la ruta que de Escuintla comunica a Santa Lucía Cotzumalguapa.
Se deben recorrer por 21 kilómetros y cruzar por siete ríos para llegar a las comunidades, pero si se presenta la lluvia, el camino se vuelve intransitable, debido a las crecidas.
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Por este problema no hay servicio de buses en ese camino y solamente se puede transitar con vehículo de doble tracción.
Asimismo, para llegar a Escuintla, los comunitarios deben salir por los 20 kilómetros del camino y luego tomar el transporte público para regresar a la cabecera departamental, es decir, unos 30 kilómetros más de lo que les tomaría normalmente por el camino que ahora está inhabilitado.
Problema podría complicarse
Al igual que todas las comunidades que se encuentran cerca del Volcán de Fuego, el principal problema que afrontan estas poblaciones son los deslizamientos de material volcánico.
Los líderes comunitarios de la aldea Guadalupe El Zapote comisionaron a un grupo de jóvenes para que se adentrara varios kilómetros en el río que destruyó el camino.
Las personas descubrieron que, varios kilómetros arriba, en las barrancas que conectan con el río Ichiguate, se encuentra acumulada gran cantidad de material volcánico, por lo que, si la lluvia continúa, lo más probable es que este baje y continué provocando problemas en los caminos.
Los comunitarios piden a las autoridades que los ayuden a habilitar el paso debido a que no tienen forma de salir a trabajar y traer recursos para sus familias.
Sociedad se vuelca en ayuda
Pese a lo peligroso del camino y a la posibilidad de quedar atrapados si la lluvia hiciera que los ríos aumentaran su cauce, Prensa Libre constató que al menos siete convoyes de camiones y vehículos particulares llevaron víveres y ayuda humanitaria a las comunidades afectadas.
Empresas privadas, iglesias y grupos de comunitarios se organizaron y llevaron ayuda a las personas que más lo necesitan.
Entre los grupos resalta un grupo de personas provenientes de San Pedro Sacatepéquez que se organizaron y lograron recolectar víveres y llenar un camión.
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Sin embargo, en uno de los ríos, una roca dañó la aceitera del camión, pero los voluntarios trabajaron y con ayuda de otras personas lograron reparar el daño y luego de cinco horas reanudaron su camino.
“De ser necesario cargaremos con la ayuda y caminaremos hasta las comunidades para entregarla”, afirmó Édgar Monroy, integrante de la caravana de ayuda.
Otro grupo de personas viajó en motocicleta para reconocer el camino y afirmó que ahora que ya saben a qué se pueden enfrentar, traerán víveres a esa comunidad el fin de semana porque saben que la necesidad de los comunitarios seguirá.
Hay que pensar en el futuro
Marco Antonio López, de la Asociación Nacional Campesina, indicó que están en pláticas con los líderes de las comunidades afectadas para realizar un plan para ayudar a las comunidades a superar los problemas causados por la erupción del volcán.
López indicó que, debido a que la asociación tiene una sede en el lugar, propondrán a las autoridades que si reciben más ayuda utilicen dicha sede como bodega y posteriormente se comisione a varias personas para hacer un inventario de la ayuda.
La idea es que se tenga un control adecuado de las donaciones y se distribuyan de forma equitativa y periódica entre las familias.
“Lo mejor sería hacer conciencia en las personas y que entiendan que en estas situaciones es vital hacer planes para que la ayuda llegue a todos por igual y se racione para que dure el máximo de tiempo”, señaló López.
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