Cansancio, irritabilidad, falta de concentración y somnolencia son sólo algunos de los problemas que impiden dormir.
Conoce estos hábitos y dormirás tranquilamente.
Bajar el nivel de actividad mínimo una hora y media antes de meterse en la cama, es clave para que el cuerpo se relaje y el cerebro se prepare para descansar.
Tomar un baño de agua caliente una hora antes de acostarse ayuda a que los músculos se distiendan y te sientas más liviana y relajada antes de irte a la cama.
No trabajes ni estudies dentro de las cobijas, de lo contrario el cerebro continúa procesando información y no se programa para dormir.
Evita ver películas violentas que pongan en alerta la mente. Así mismo, si vas a leer un libro procura que ésta sea una invitación a la relajación, es decir, busca temas que no te inquieten ni te generen preocupación.
La relajación es la clave y para ello es recomendable hacer un recorrido mental por todo el cuerpo. Este consiste en acostarte boca arriba sin que tus extremidades se toquen entre sí, y concentrarte en recorrer tu cuerpo empezando por los pies hasta llegar lentamente a la cabeza. Lo siguiente es concentrarte en el ritmo respiratorio y procurar que las inhalaciones se hagan de manera natural con conteos bastante profundos.
El sedentarismo es el mejor amigo del insomnio, por eso es necesario tener algún tipo de actividad durante el día. Realizar ejercicio de manera regular y controlada es no sólo saludable sino que programa al cuerpo para pedir un receso en la noche.
Establecer horas exactas para comer y para comenzar y terminar el día le enseñan al cuerpo y al cerebro rutinas de vigilia y descanso.
Recibir el sol durante el día e irse a dormir en la penumbra ayuda al cerebro a equilibrar lo que se conoce como el ciclo de día y el ciclo de noche. De esta manera, el cuerpo recibe energía que podrá liberar durante el sueño.
Cenar dos o tres horas antes de ir a dormir, luego salir a caminar unos cuantos minutos dando la vuelta a la manzana para así estimular el sistema digestivo. El cuerpo no debe estar haciendo la digestión durante el sueño.
Antes de entrar a la cama da un masaje a tu pies, aplicando presión con los pulgares con movimientos circulares por toda la planta. Esto estimula el sistema nervioso parasimpático encargado de activar el ciclo de descanso, relajación y calma.
Siéntate en postura fácil (en flor de loto, con las piernas cruzadas y la columna erguida), inhala por la fosa nasal izquierda tapando el orifcio nasal derecho con el pulgar de la mano derecha y luego exhala por la fosa nasal derecha tapando el orificio izquierdo con el dedo índice de la mano derecha. Repite esta acción durante tres minutos.
Con información de: Revista Cromos