Internacional

Joaquín “El Chapo” Guzmán, el maestro de las fugas

Joaquín "El Chapo" Guzmán quería que se hiciera una película sobre su vida. Había buen material para el guión: una infancia pobre, su ascenso hasta ser el mayor capo de las drogas del mundo, una reina de belleza, dos fugas de prisión.

Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, más conocido como El Chapo Guzmán, guarda prisión en una cárcel de Nueva York. (Foto Prensa Libre: AFP)

Joaquín Archivaldo Guzmán Loera, más conocido como El Chapo Guzmán, guarda prisión en una cárcel de Nueva York. (Foto Prensa Libre: AFP)

Pero las cosas no siempre resultan como se planean. Ni siquiera para el líder del cártel mexicano de Sinaloa, que de niño vendía naranjas para sustento familiar y que en 2009 entró en la lista de millonarios de la revista “Forbes”, con una fortuna de mil millones de dólares.


Guzmán, a los 60 años, otra vez está preso. Si la película se hiciera ahora, no podría contar la historia de un hombre que burló a las autoridades durante tres décadas y se salió con la suya.

“El Chapo” lleva casi un año detenido en Nueva York a la espera de un juicio que amenaza con hacerle pasar encerrado el resto de sus días. México lo extraditó el 19 de enero de 2017, un año después de su tercera captura, para ahorrarse el mal trago de una tercera fuga.

La primera vez que Guzmán se escapó fue en 2001 del penal de máxima seguridad de Puente Grande. Lo hizo escondido en un carrito de lavandería con complicidad de guardias y después de ocho años preso.


Con la fuga nació el mito. Proliferaron los “narcocorridos”, canciones que rendían honores a su figura. Las autoridades mexicanas tardaron 13 años en recapturarlo y cuando lo lograron se les volvió a escapar a los 17 meses.

La noche del 11 de julio de 2015 “El Chapo” se sentó en la cama en la prisión del Altiplano, dio unas vueltas, se metió al área de ducha de su celda y se fugó por un túnel de mil 425 metros hecho ex-profeso (con intensión).

La libertad le duró medio año. La Marina estuvo rastreando sus pasos. Supo que se había reunido casi tres meses después en la sierra de Sinaloa con los actores Sean Penn y Kate del Castillo para que ella se encargara de hacer la película sobre su vida.

De aquella reunión en la clandestinidad quedó como testimonio un largo reportaje publicado por Penn en la revista “Rolling Stone” y un video en el que “El Chapo”, de camisa azul de búlgaros y ruidos de granja de fondo, cuenta su propia historia.

Según la Fiscalía general mexicana, el seguimiento a los actores fue uno de los elementos que permitió ubicarlo y arrestarlo hace dos años en Los Mochis, en el estado de Sinaloa.

Nacido el 4 de abril de 1957 en una familia de siete hijos en el pueblo de La Tuna de Badigaruato, en la sierra de Sinaloa, Guzmán empezó de jovencito a sembrar y vender amapola y marihuana.

De esa región son oriundos varios narcotraficantes históricos como Miguel Ángel Félix Gallardo, Rafael Caro Quintero, Ernesto Fonseca, los hermanos Carrillo Fuentes y su compadre Ismael “El Mayo” Zambada.

Con Félix Gallardo, que dirigía una organización basada en Guadalajara, Guzmán entró en las grandes ligas del narcotráfico en la década de 1980.

Con el paso de los años su figura fue creciendo a partir de la alianza que sellaron los cárteles colombianos con los grupos mexicanos para que llevaran su cocaína a Estados Unidos.

Cuando Félix Gallardo, el capo más poderoso de su época, fue detenido en 1989, Guzmán y otros socios fundaron el cártel de Sinaloa. Según el memorando de detención presentado el año pasado ante la Corte de Brooklyn, “para finales de la década de 1980 la riqueza de Guzmán creció al igual que su poder en México”.

Al mismo tiempo empezó a pelear, sin escatimar violencia, con grupos rivales como el cártel de Tijuana de los hermanos Arellano Félix y el cártel de Juárez.

El 24 de mayo de 1993 pistoleros de “El Chapo” y del cártel de Tijuana se enfrentaron en el aeropuerto de Guadalajara. En ese tiroteo murió el cardenal Juan José Posadas, presuntamente al ser confundido con “El Chapo”. Él logró salvarse, pero dos semanas después fue arrestado en Guatemala y enviado a México.

Su apodo se debe a su estatura: “Chapo” significa bajo. Mide 1,68 metros, por debajo del promedio de los hombres de su natal Sinaloa, según el libro “Los señores del narco” de la periodista mexicana Anabel Hernández, pero se manejan distintas estaturas.

“El Chapo” tuvo tres parejas estables. Sólo una vez se casó. En 1977 contrajo matrimonio con Alejandrina María Salazar Hernández, con la que tuvo tres hijos, cuenta la biografía “The Last Narco” del periodista estadounidense Malcolm Beith.

En la década de 1980 se unió a Griselda López Pérez, que le dio otros cuatro hijos, y en 2007 con Emma Coronel, una joven reina de belleza de pueblo de 18 años con la que tuvo gemelas, que lo han visitado en la cárcel en Estados Unidos.

Su último arresto ocurrió el 8 de enero de 2016. También intentó escapar. Se escabulló por un túnel lodoso que nacía detrás de un espejo en una casa y salió a la calle 400 metros más adelante por una alcantarilla. Con un cómplice robó un auto, pero los atraparon.

“Misión cumplida”, escribió entonces el presidente Enrique Peña Nieto en Twitter. Para evitar riesgos se puso en marcha muy pronto el proceso legal para su extradición, concretada un año más tarde.