“Le expliqué que hay casos en los que los abusadores están más protegidos que las víctimas y pude ver el dolor en su rostro. Creo que fue sincero y pienso que es un hombre extraordinario para tiempos extraordinarios”, subrayó Bono.
Paul David Hewson, el nombre de Bono, detalló que la conversación con Francisco “fue de un lado a otro” y que ambos dialogaron sobre “los cambios que se necesitan hacer” a nivel local, en las comunidades de todo el mundo, pero también “del futuro del comercio, de cómo desarrollar objetivos sostenibles” y de “la gran bestia que es el capitalismo”.
Bono acudió al Vaticano para conocer la labor que desarrolla la fundación pontificia Scholas Occurrentes, impulsada por el papa Francisco durante su etapa de arzobispo de Buenos Aires, y que tiene como principal objetivo crear una red mundial de escuelas para compartir conocimientos y proyectos educativos.
El cantante recordó que cofundó en 2004 la organización sin ánimo de lucro One para combatir la extrema pobreza y prevenir enfermedades en países del tercer mundo, especialmente en África, e indicó que actualmente tiene “10 millones de miembros”.
Uno de los objetivos actuales de esta organización es lograr que “130 millones de niñas que no pueden ir a la escuela por el hecho de ser niñas” lo hagan.
“Estamos muy interesados en la educación y en lo que Scholas está haciendo”, expuso, al tiempo que reconoció la labor innovadora que desarrolla esta entidad vaticana a nivel local.
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El presidente de Scholas, el argentino José María del Corral, describió las conversaciones con Bono como emocionantes y alabó que el cantante quiera “comprometerse en la revolución educativa”, no solo en África, “sino en el mundo entero”.
Juan Pablo II recibió a Bono en 1999 en el marco de la campaña que estaba apoyando el cantante llamada “Jubileo 2000” que tenía como objetivo luchar para acabar con la deuda exterior de los países del tercer mundo.
Uno de los instantes que quedaron inmortalizados en aquella visita fue el momento en el que Bono regaló a Juan Pablo II sus icónicas gafas de sol, que habían llamado la atención del pontífice y que no dudó en ponérselas.