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Cuadernos mojados y escuela inundada: Así reciben clases en Chiantla

Con los cuadernos mojados, sin un lugar para refugiarse y la escuela inundada, son parte de las tareas que deben solventar estudiantes de la Escuela Chichalum, Chiantla, Huehuetenango. 

Una estudiante saca parte del agua que inundó la escuela en Chiantla, Huehuetenango. (Foto Prensa Libre: Mike Castillo)

Una estudiante saca parte del agua que inundó la escuela en Chiantla, Huehuetenango. (Foto Prensa Libre: Mike Castillo)

Iván Mazariegos, uno de los estudiantes afectados, señala que establecimiento educativo alberga a niños de primaria durante la mañana, mientras en la tarde funciona para el ciclo básico.


El inicio del invierno ha dejado al descubierto las precariedades de este centro educativo ubicado a 12 kilómetros de la cabecera departamental.

Iván describe que, en el verano a falta de techo en algunas aulas, el sol les pega directo, mientras que con la lluvia el agua los inunda, pero además los moja porque hay poco espacio para refugiarse.

“La lluvia pasa por los canales y agujeros de las láminas, tenemos que sacarla con escobas, a pesar de que sube su nivel rápidamente”, relata Mazariegos.

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La maestra Brenda Velásquez comentó que los 500 alumnos de las dos jornadas son afectados con el invierno.

“Esta situación detiene el proceso de formación, porque deben sacar el agua con lo que pueden y las condiciones pedagógicas no se reúnen para impartir clases”, lamentó.


La educadora afirmó que el techo está en una situación crítica, por lo que el pasado lunes grabó un video para evidenciar las condiciones en las cuales trabaja y espera alguna respuesta de las autoridades de Educación, a pesar de las múltiples gestiones.

Condiciones precarias

La docente detalló que en uno de los últimos aguaceros se llevó varias láminas. “El susto de los estudiantes es porque el agua sobrepasó sus las rodillas, además, el techo salió volando”, recordó.

Los padres de familia temen debido a que la época de lluvia recién comenzó y los vientos que se registran en la comunidad puedan destruir por completo las instalaciones, lo que pone en peligro la vida de los 450 niños y 50 jóvenes.

El estudiante agregó que pasan penas para secar sus cuadernos, por eso cuando comienza a llover tratan de guardar y proteger sus útiles escolares.

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Los docentes explicaron que la escuela tiene más de 35 años de no recibir mantenimiento, lo poco que se ha hecho es con recursos de los propios padres y ellos; sin embargo, las gestiones aún no han sido respondidas por las autoridades.

Una madre de familia dijo que muchos niños no llegan a la escuela porque se enferman de infecciones respiratorias, debido a las condiciones del edificio.

Destaca que es responsabilidad de las autoridades hacer las mejoras que sean necesarias para no afectar la salud y educación de los niños.

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